Goku, Vegeta y Broly son los únicos saiyajines de raza pura que quedan vivos en el Universo 7 de Dragon Ball. A cada uno le toca una vida muy diferente a la del otro, pero ese amor por la pelea y el incremento de poderes los termina juntando, casi que de forma poética.
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En el desarrollo de las historias cada uno tiene sus dificultades a medida que van creciendo. Goku es, quizás, el que tuvo una infancia más feliz, a pesar de no tener a su abuelito Gohan o a sus padres. Sus amigos: Bulma, Krilin, Yamcha y el Maestro Roshi siempre estuvieron allí para él.
Es cierto que en el camino enfrentó ciertas dificultades y adversidades, pero siempre estuvo rodeado de amigos.
Lo de Vegeta es muy diferente. El príncipe saiyajin, aunque estaba rodeado de lujos y facilidades, tuvo que vivir con el trauma de la destrucción de su planeta, en la que murió su padre. Desde muy joven comenzó a trabajar para el ejército de Freezer y sólo se dedicó a pelear de manera desalmada.
La peor parte en esta historia se la lleva Broly. Desterrado del planeta Vegita, el guerrero tuvo que crecer en un complejo mundo desolado, lleno de monstruos gigantescos y sin civilización.
¿Qué habría pasado si los roles se hubiesen intercambiado?
Un Fan Art que publica el portal 3D Juegos Latam muestra una realidad alterna en la que cada uno de estos guerreros intercambia roles con el otro.
Vegeta es a quien le toca ser desterrado y aparece con los atuendos de Broly; Goku fue el elegido para vivir como príncipe de su raza y sale con el traje de su máximo rival. Mientras que el tercero en cuestión, el lleno de ira, habría sido el que se crió en la Tierra rodeado de familia y amigos para enfrentar diferentes retos.