Sonic y Red serán familia. Rovio, el desarrollador finlandés que trajo al mundo a Angry Birds, pasó a manos de SEGA. La compra se definió por 706 millones de euros, unos casi 775 millones de dólares.
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Como recuerda Xataka, Angry Birds es el activo más preciado de Rovio, pero la compañía intentó que otros videojuegos triufaran, como Small Town Muders o Sugar Blast. Sin embargo, el éxito del juego de los pájaros no se pudo replicar con otros títulos.
La compra tiene mucho sentido por parte de SEGA, especialmente porque el mercado de los videojuegos móviles sigue en ascenso. La firma japonesa ha dependido mucho en los últimos tiempos de las máquinas arcade y las pachinko, dos productos que sufrieron muchísimo con la pandemia del COVID-19 y sus variantes.
“Es imperativo seguir invirtiendo en sus capacidades de desarrollo y operación de juegos, con el fin de fortalecer aún más su posición en este mercado de juegos móviles y global de rápido crecimiento, que por lo tanto llevó a la decisión de adquirir Rovio”, expuso SEGA.
SEGA se enfoca en los móviles
Este movimiento de SEGA confirma que la empresa está enfocada en los móviles: “La compañía pretende aprovechar las capacidades de desarrollo de juegos para móviles y la experiencia de Rovio en la operación de juegos para móviles, con el fin de acelerar el desarrollo de versiones compatibles con móviles y multiplataforma de las actuales IP de juegos de SEGA, reforzando y acelerando así la expansión global de la cartera de juegos”.
La empresa de Japón ya tiene a algunas de sus franquicias en los celulares de los gamers, como Sonic The Hedgehog, Crazy Taxi , Virtual Tennis o Football Manager 2023.
SEGA tiene mucho que ganar con esta compra: supondrá una inyección de ingresos estables procedentes de las microtransacciones de los títulos de Angry Birds, además de todos los productos derivados de la franquicia, como las películas, series y merchandasing.