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Michelle Yeoh: la trágica historia de otra actriz asiática que como ella, también debió ganar el Oscar

Se trata de Anna May Wong, quien sufrió todo el racismo de Hollywood contra los asiáticos

Michelle Yeoh le hace justicia a Anna May Wong, maltratada por Hollywood
Michelle Yeoh le hace justicia a Anna May Wong, maltratada por Hollywood

Michelle Yeoh ganó su primer Oscar como Mejor Actriz, y reivindica, de paso, a actrices asiáticas como Anna May Wong, que fueron maltratadas por Hollywood y ninguneadas por el racismo.

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La actriz malaya dio un poderoso mensaje en su discurso: les dijo a los niños y niñas que se veían como ella, que era posible cumplir los sueños y que su edad, no, no ha pasado. Esto no pudo pasar con Anna May Wong, quien era una excelente actriz, pero el racismo y la mala suerte la condenaron al olvido.

Así, la discriminación y estereotipación que sufrió Michelle (no trabajó en muchas producciones luego de El Tigre y el Dragón por precisamente ofrecerles clichés de mujer asiática), que venía del cine de artes marciales y de trabajar con grandes como Jackie Chan y Donnie Yen, entre otros actores, Anna la tuvo que sufrir el doble.

Wong Liu Tsong nació en 1905, en Estados Unidos donde el racismo era tal, que las actrices blancas se pintaban de amarillo y modificaban sus facciones para interpretar a asiáticas. El whitewashing sigue siendo una práctica extendida, y casos como el de Scarlett Johansson en ‘Ghost in the Shell’ es un ejemplo de esto.

Ella comenzó a interesarse en el cine desde muy pequeña y a sus 14 años fue extra en The Red Lantern. Cambió su nombre y abandonó la escuela para ser actriz. En 1921 ya aparecía en los créditos con un personaje de una mujer asiática maltratada, Toy Ling, en Bits of Life.

Luego fue protagonista en The Toll of The Sea adaptación de Madame Butterfly. Pero de nuevo, hacía de mujer asiática enamorada de un hombre blanco y fue condenada a estar como secundaria o como una mujer sexualizada y exotizada. Esto se pudo ver en The Thief of Bagdad.

Frustrada, se mudó al Reino Unido, donde se forjó una carrera e incluso estuvo en teatro con el mismísimo Laurence Olivier.

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En una entrevista, habló del racismo imperante:

“Estaba harta de los papeles que tenía que interpretar. ¿Por qué siempre el chino que sale en la pantalla tiene que ser el malo de la película, y además tan cruel: un asesino, traicionero, una víbora? Nosotros no somos así”.

Paramount la trajo de vuelta, pero de nuevo la exotizaron. Pero lo peor estaba por llegar. En The Good Earth, para el papel de una asiática eligieron a la actriz alemana Luise Rainer y Wong fue contactada para ser una concubina. Y esto fue lo que dijo al respecto: “Me estás pidiendo que, llevando sangre china en mis venas, haga el único papel desagradable de la película, mientras que los actores estadounidenses hacen de chinos “.

El problema es que el código Hays, un estricto código de moralidad en las películas, prohibía las relaciones interraciales, incluso se prohibían matrimonios en la vida real. Esto hizo que siempre se quedara como secundaria. Y luego de no trabajar fue a China, donde la despreciaron por su carrera.

En Estados Unidos, hizo teatro, radio y televisión, pero su comunidad la rechazó por también los papeles que interpretó. Y luego de más de 50 películas se retiró a los 37 años. Su último papel fue de criada e intentaron hacer una serie con un papel digno para ella que no funcionó.

Se refugió en el alcohol y luego de una trágica vida privada (su madre falleció atropellada, su hermana se suicidó y su padre la rechazaba), murió de un paro cardíaco a los 56 años.

Su reivindicación

A pesar de salir su imagen en una moneda, la serie Hollywood, de Ryan Murphy, muestra cómo hubiese sido esa industria en los años 40 si hubiese sido menos racista y prejuiciosa. Y le hacen un mejor homenaje: allí, Anna May Wong hace un hermoso papel secundario que le termina dando el Oscar en esa categoría.

De esta manera, luego de sufrir por ser ninguneada, May Wong emociona a la comunidad asiática por ganarse el reconocimiento que mereció.

Uno que más de ochenta años después Michelle Yeoh acaba de hacer realidad con su Oscar a Mejor Actriz.

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