En boca de todos está el nuevo sencillo de Shakira, Music Sessions #53, lanzado con el productor argentino Bizarrap. Es una andanada de misiles contra su ex esposo, Gerard Piqué, tras haberla dejado por la joven Clara Chía, a la que compara con… un reloj Casio.
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“Cambiaste un Rolex por un Casio”, dice la barranquillera en el tema, aludiendo a la sencillez del reloj japonés frente al lujo del suizo.
Hablemos sobre Casio. Una de las empresas nacidas en la postguerra en Japón, la Kashio Keisanki Kabushiki gaisha inició su andar reparando máquinas emisoras de boletos de avión y otras de los aeropuertos.
Luego de trabajar con calculadoras de los militares norteamericanos, incursionó en el negocio de este tipo de tecnologías, creando unas más pequeñas, hasta llegar a las portátiles comunes hoy en día… y a los relojes con calculadoras.
En 1969, la Casio inventó el primer reloj de pulsera de cuarzo con pantalla digital de cristal líquido (LSC), el Casiotrón. Luego vendrían los relojes con cronómetros, calculadoras de bolsillo y los ya referidos relojes con calculadoras, los CA-53, popularizados desde mediados de los años 80.
Casio F-91W, el reloj más popular de la historia de la marca japonesa
Pero el reloj más popular de la historia de Casio es el F-91W. Comenzaron a producirlo en 1989 hasta la actualidad, y es conocido no solo por su multifuncionalidad, sino por la durabilidad.
“Es un modelo que tan pronto te lo encuentras en la muñeca de una bella azafata de la joyería más elitista, como en el brazo de un combatiente ruso o afgano, pasando por los indígenas de un poblado perdido en la Amazonia”, dice el portal Zona Casio.
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Esta creación de la casa japonesa tiene un cronógrafo de 1/100 segundos con un recuento de hasta 59:59:99.
Entre sus funciones están el de la alarma, el calendario automático, una luz trasera de led verde, y ser resistente al agua. Pesa solo 21 gramos y su consumo de energía puede llegar a durar más de 5 años.
Así que puede ser menos lujoso, como lo ningunea Shakira en su alusión a Clara Chía, pero también muy funcional. Cosas de la tecnología (¿y del amor?).