A medida que la historia de Dragon Ball fue avanzando las transformaciones de colores se han ido saliendo de control. En principio, durante la década los noventa, solo conocimos al Super Saiyajin que cambiaba el cabello al color amarillo.
PUBLICIDAD
El motivo real de aquella icónica transformación realmente fue para evitar el color negro en el cabello de los personajes y así aligerar la carga de trabajo de los dibujantes que trabajaban para Akira Toriyama y Toei Animation.
Ese típico guerrero rubio de ojos azules se mantuvo hasta la llegada de Dragon Ball Super y la introducción de Bills, el Dios de la Destrucción.
En ese momento, a esta temida deidad se le metió en la mente la existencia del Super Saiyajin God, que terminó siendo un guerrero al que el cabello se le tornaba color rojizo o carmín. Y con el avance de las historias, esta transformación mutó hacia el Super Saiyajin Blue.
Ni hablemos de lo que vino después con el Ultra Instinto y su aura blanca, el Ultra Ego con su aspecto morado, el grisáceo de Gohan en el modo bestia y el Piccolo color naranja. Ese descontrol en la caja de creyones tiene una razón de ser. Y de la que hablaremos en esta reseña es específicamente del Blue.
Super Saiyajin Blue
Área Jugones recuerda en una nota un viejo diálogo entre Toyotaro y Akira Toriyama en la que el ilustrador se pregunta junto al mangaka el motivo del Super Saiyajin Blue.
El sensei, sin muchos rodeos, explica que aunque después ese azul haya coincidido con la parte divina en el Ki del Super Saiyajin Blue, la realidad es que eligió el azul por una cuestión meramente estética.
El azul se veía veía bien después del rojo. En realidad, en principio pensó en el blanco, pero este tono podía contrastar negativamente con los enemigos que tenía en mente. Entonces, eligió dejar la pureza de ese color para más adelante, y así se terminó creando el Super Saiyajin Blue.