Los últimos episodios del manga de Dragon Ball Super han tenido como elemento principal una fortísima carga emocional. Goku recordando a su padre, Vegeta regresando a su instinto de la raza saiyajin y un atuendo para Kakaroto que no pasó desapercibido.
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El desarrollo de la batalla en el planeta Cereral ha sido bastante brutal. En primer lugar, nuestros héroes enfrentaron a Granola, quien demostró ser muy poderoso. Pero en un inesperado giro de los eventos, el ceresiano se dio cuenta que Goku y Vegeta no eran sus enemigos.
Todo había sido una treta de los Heata para deshacerse de los poderosos saiyajines y ejecutar un plan, similar al de Freezer, para ponerse a invadir y adueñarse de mundos.
Entonces, todas estas eventualidades trajeron de vuelta a un personaje del que siempre quisimos saber mucho más: Bardock.
No solo lo conocimos mejor, sino que además, Goku lo recordó en sus primeros años de vida, justo antes de ser enviado hacia la Tierra en una de las naves esféricas que utilizaban antes los saiyajines.
Todo esto sucedió gracias a que Monite, namekuseí que vive en el planeta Cereal, contó como el mismo Bardock salvó a Granola de ser asesinado por los Heata.
Goku con una armadura clásica en Dragon Ball
En este contexto, antes de reanudarse la batalla, Monite acudió a su poder de cambiar los atuendos, como también lo tiene Piccolo, y le puso a Goku una armadura clásica de los saiyajines.
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No es la primera vez que vemos a Goku con esta vestimenta. La primera vez fue durante el arco de los Androides, antes de enfrentar a Cell.
Bulma fabricó los trajes icónicos de los entonces villanos ya que ofrecían una mayor protección. Entonces, tanto Goku como Gohan los utilizaron para entrenar en la habitación del tiempo.
¿Qué tiene entonces este de distinto? Que para esta ocasión al saiyajin le tocó vestir exactamente la misma réplica que utilizó su padre. De esta manera, al ver a Goku es como si estuviésemos ante la presencia de Bardock.
No pasaron dos segundos cuando el mismo Kakaroto demostró su inconformidad por el traje y le pidió a Monite que le colocara el mismo kimono rojo con el que acostumbra pelear cada una de sus batallas.
