El último arco de Dragon Ball Z introdujo una técnica que llegó para quedarse en la franquicia de Akira Toriyama: la fusión. Sabemos que Piccolo ya había hecho algo similar junto a Nail y Kami Sama, pero la diferencia está en que el Namekiano nunca dejó de ser él mismo.
Las fusiones que aparecieron mientras los Guerreros Z enfrentaban las amenazas del mago Babidi, Dábura y Majin Buu son esas que se hacían a través de una coreografía previa o la unión por los aretes Pothala, de los Supremos Kaiosamas.
Estas uniones combinan las apariencias de los personajes y por lo general nos dejan a guerreros que además de registrar un poder sorprendente, tenían personalidades jocosas.
Los ejemplos más notables están en las fusiones de Goten y Trunks (Gotenks) y las dos diferentes de Goku y Vegeta (Gogeta y Vegetto).
Sin embargo, esta maravillosa técnica dejó algo mucho mejor para la franquicia de Akira Toriyama. Y se trata de una brillante herramienta para que los fanáticos de la serie experimentaran con sus fusiones haciendo crecer de esta manera el fan service de Dragon Ball.
Los fanáticos se las comenzaron a ingeniar con sus propios diseños de fusiones, impulsados por la misma Shonen Jump, revista en la que salía publicado el manga de Dragon Ball Z, en 1995.
Es así como durante un número de este medio de comunicación de entretenimiento apareció la fusión más insólita que hemos visto: la del Maestro Roshi con Cell.
Fusión de Roshi y Cell
Según lo explica Hobby Consolas en una reseña, la fusión entre Roshi y Cell es iniciativa de la misma Shonen Jump, después de que apareció el guerrero Gotenks.
Fue tanto el hype durante la época, que los editores motivaron a los lectores y las mejores ideas eran publicadas en los números siguientes. Entonces, así fue como apareció esta inédita fusión entre el Maestro Roshi y Cell, a la que no hemos sido capaces de darle un nombre.
Quizás, al ustedes ver a este insólito personaje se les ocurra hacer un juego de palabras entre Maestro Roshi y Cell.
