Las muertes ya no son tan importantes cómo lo era antes en Dragon Ball. Esa es una realidad que simplemente tenemos que aceptar. Ahora, el verdadero debate se desarrolla en si este elemento en específico le resta emoción a las historias escritas por Akira Toriyama. Lo analizamos en esta reseña.
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El simple hecho de que existan varios tipos de Esferas del Dragón en un mismo universo hacen que la muerte de un personaje no sea una situación capaz de solucionarse. Simplemente se acude a alguno de los Shenlong (ahora hay uno nuevo en el planeta Cereal) y problema resuelto: el que está muerto ahora ha resucitado.
Le pasó a Krilin en Dragon Ball y Dragon Ball Z; a Goku peleando contra Raditz y contra Cell; a Piccolo y a Yamcha contra los Saiyajines, a Vegeta contra Majin Buu y al mundo entero en la batalla contra Kid Buu.
El punto más álgido de esta situación es cuando ni siquiera acuden a los acostumbrados talismanes, sino que un Ángel devuelve el tiempo (Whis) y revierte la destrucción del planeta por parte de Freezer (en La Batalla de los Dioses).
Área Jugones plantea una bien argumentada interrogante sobre si las muertes dejaron de importar. Y la realidad es que, con este breve resumen que realizamos, tal parece que sí. Hay muchas formas de sortear el deceso de un personaje. Sin embargo, eso no quiere decir que la serie no tenga un propósito emocionante.
El nuevo foco de Dragon Ball Super
Que se muera Krilin ya no es importante, porque esto precisamente dejó de ser un problema. Pero la realidad es que hay otros factores que pueden afectar la paz y tranquilidad de los Guerreros Z.
Las batallas ahora tienen a las más altas deidades ejecutando un rol protagónico. Por consecuencia, nuestros héroes en cierta forma se igualaron a estos personajes celestiales.
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Son capaces de sostener un combate, por ejemplo, contra el Dios de la Destrucción. También, como si se tratase de un Kamehameha, aprenden técnicas como el Ultra Instinto, de parte de un Ángel.
Asimismo, nuevas amenazas llegan desde otros universos o registran niveles de energías mayores al de planetas enteros.
En conclusión, la muerte puede llegar, pero aparece acompañada de la extinción completa, tal y como sucedió en el torneo de la fuerza de los universos. Entonces, eso hace que, por supuesto, un Saibaiman matando a Yamcha, no sea mayor cosa.
Pero, enfrentar a un mago/hechicero como Moro o hacer enojar a Zeno Sama y que te haga desaparecer con un chasquido de dedos, es realmente aterrador y le brinda la emoción que necesita cualquier arco argumental de Akira Toriyama.