Seguimos con nuestro recuento de la primera parte de la última temporada de Better Call Saul. En el episodio anterior Carrot and Stick, los último segundos parecían pronosticar una tormenta y ahora llega el momento de comprobar todo al máximo de tensión posible.
En Rock and Hard Place al fin obtenemos algunas respuesta y resoluciones con algunos de los personajes más esenciales de esta saga, nos guste o no.
Arrancamos en el desierto al aparente límite de la frontera, llega la lluvia en un sitio donde no sabemos que estamos viendo y todo corta a la fuga de Nacho en la camioneta destartalada.
En su desesperación el tipo se mete a un contenedor abandonado desde donde puede ver a los gemelos inspeccionando el vehículo. Por puro instinto Nacho logra ocultarse sin que lo vean y por la noche sale del contenedor. Su teléfono celular se ha estropeado, ahora está solo.
A la mañana siguiente encuentra un mecánico buen samaritano, le da ropa, la oportunidad de bañarse y llama por teléfono a su padre, y luego a Mike, es ahí que comprendemos que ese fue el momento justo cuando Mike respondió encañonado enfrente de Gus Fring.
Gus habla con Nacho, el chico acepta negociar a cambio de garantizar que su padre estará a salvo, Mike da su palabra. Nacho sale a cumplir con su parte del trato.
Mientras Kim y Saul están en su casa ultimando detalles sobre el sabotaje a Howard. Saul no luce cómodo, pero ella está más involucrada que nunca.
En el juzgado Kim es acorralada y descubre que las autoridades están al tanto de la relación laboral de Saul con los Salamanca. Buscan un trato para que Saul destape todo y coopere.
Por la noche Mike recibe a Nacho en un camión de carga, durante lo que parece su última cena el muchacho descubre que ejecutarán el plan mañana. Beben un trago juntos.
A la mañana siguiente Howard deja su vehículo para que lo estacionen, Huell logra robar las llaves de Hamlin y consiguen hacer un duplicado justo a tiempo. Al llegar a casa Saul nota a Kim nerviosa, ella el comparte lo que pasó en el juzgado y le plantea evaluar sus opciones.
Esa misma noche Mike y Nacho con la cara destrozada se encuentran con Gus. El plan es que el chico culpe a otros enemigos para luego dejarse matar por los aliados de Fring. Mike pide estar presente para asegurarse que todo salga bien. Nacho parece planear algo más.
A la mañana siguiente llevan a Varga a su destino final. Mike y él se despiden sin palabras. Los gemelos los esperan junto al anciano en la silla de ruedas y Bolsa.
Fring entrega a Nacho y recita lo que habían acordado, pero el viejo acusa a Fring. Nacho controla la situación, se burla de todo y revela que él fue quien puso a Héctor en la silla de ruedas.
Logra tomar como rehén a Bolsa sólo para tener la última palabra sobre su destino y volarse los sesos como una última jugada que le complicará la vida a Fring a largo plazo. Mike está triste. En la toma final comprendemos que lo primero que vimos al arrancar el episodio era la muerte de Nacho.
Guiños a Breaking Bad
Es una tradición triste e inquietante. En el mundo de Breaking Bad cuando un episodio inicia con esta clase de close-ups en zonas desérticas sabemos por experiencia que implicará una muerte.
Un buen ejemplo de ello es el episodio Dead Freight, donde vemos al niño Drew Sharp meter una tarántula en una jarra.
La imagen de inicio podemos interpretar que es un flash forward, ya probablemente dentro de la línea de tiempo de Breaking Bad. En donde la flor que nació y creció al pie del cristal con el que Nacho compró su libertad al parecer pudo surgir a partir de los restos de su cadáver.
Ahora que conocemos el destino de Nacho todo nos hace suponer que en esa escena de Breaking Bad cuando Walt y Jesse conocen por primera vez a Saul Goodman y les habla de Nacho en realidad el abogado nunca supo que el muchacho estaba muerto.
Este episodio carece de muchos guiños al mundo de Breaking Bad, pero estamos ante uno de los mejore episodios de ambas series. Su nivel de dirección y el guion están al nivel de Ozymandias.
Nos vemos la próxima semana.