Microsoft anunció que comprará la desarrolladora Activision Blizzard por 68.7 millones de dólares en efectivo, lo que entre tantas cosas puede significar que muchos de los videojuegos más aclamados del estudio sean exclusivos de Xbox y dejen de estar disponibles en las consolas PlayStation de Sony y otras del mercado.
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En otras palabras, esta transacción puede catalogarse como un gran movimiento en la partida de ajedrez entre las compañías, dejando a los de Redmond con los derechos de títulos como Call of Duty, Diablo, Overwatch entre otros, y con una decisión en sus manos: mantener esos juegos disponibles para la PS4 y PS5 o convertirlos en títulos exclusivos de las consolas de Xbox.
Decidir ésto a corto plazo no parece ser una prioridad a corto plazo para Microsoft, pero si algo que pueden analizar a mediano y largo evaluando las repercusiones económicas, especialmente en medio de una escasez de chips que han reducido la producción de las consolas en cada compañía desarrolladora.
Xbox se ha mantenido a tope en el mercado con las Xbox Series S, incluso con más presencia en minoristas que la Series X. La compañía, además, ha dejado de producir las diferentes consolas Xbox One, y sigue compitiendo ante los equipos de Sony, la aún vigente PS4 y la PS5 de última generación.
Los planes a corto plazo de Xbox
En principio, el plan de Xbox, tras el anuncio de la compra de Activision Blizzard, es incluir en la oferta de Xbox Game Pass los videojuegos adquiridos. El servicio tiene actualmente más de 25 millones de suscriptores.
“Al cerrar (el acuerdo), ofreceremos tantos juegos de Activision Blizzard como podamos dentro de Xbox Game Pass y PC Game Pass, tanto títulos nuevos como juegos del increíble catálogo”, expresó Phil Spencer, CEO de videojuegos de Microsoft.
Por su parte, el CEO de la compañía, Satya Nadella, agregó: “Estamos invirtiendo profundamente en contenido de clase mundial, para la comunidad y la nube, para marcar el comienzo de una nueva era de juegos que pone a los jugadores y creadores primero y hace que los juegos sean seguros, inclusivos y accesibles para todos”.
La adquisición incluye, además de Call of Duty, títulos como Warcraft, Diablo, Overwatch, Candy Crush y Tony Hawk’s Pro Skater. También actividades globales de eSports a través de la Major League Gaming y otros beneficios.
Microsoft también debe concentrarse en los despachos de Activision Blizzard
La compra de Activision Blizzard no solo se trata de videojuegos y su posible exclusividad. El acuerdo se produce después de meses de denuncias de acoso sexual contra la desarrolladora.
En julio pasado, el Departamento de Vivienda y Empleo Justo de California (DFEH) demandó a Activision Blizzard por promover una cultura de “acoso sexual constante”. Luego de otras denuncias de empleados por conducta sexual inapropiada, la compañía llegó a un acuerdo de $18 millones con la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo de EE.UU. en septiembre., que actualmente está siendo apelado.
[ Videojuegos: Microsoft comprará Activision Blizzard por 68.7 millones de dólaresOpens in new window ]
La compra de Activision Blizzard le permite a Microsoft convertirse en la tercera compañía de videojuegos más grande del mundo por ingresos, detrás de Tencent y Sony, y contarán con casi 10 mil empleados de Activision.
Microsoft no detalla exactamente cómo abordará la solución de estos problemas, y la compañía asegura que Bobby Kotick continuará como CEO de Activision Blizzard por ahora, aunque al finalizarse el acuerdo es probable que deje el cargo, que parece destinado a ser tomado por el actual director de Microsoft Gaming, Phil Spencer.
Lo cierto de este caso es que, ahora, los de Redmond son una compañía aún más poderosa en el mercado de los videojuegos, y pueden potenciar su oferta de Xbox Game Pass y sus consolas haciendo de icónicos títulos como Call of Duty exclusivos de sus equipos, lo que sería un dolor de cabeza para los usuarios de PlayStation.