El mundo entero, incluido América Latina, vivió una locura absoluta cuando se liberaron los boletos para reservar un asiento en las funciones de estreno de Spider-Man: No Way Home.
En un movimiento anómalo para Sony Pictures y cualquier cinta perteneciente al Universo Cinematográfico de Marvel (MCU), vimos cómo la estrategia de marketing para este blockbuster se centró básicamente en no promover la película.
Sucedió algo atípico: faltaba menos de un mes para el estreno del filme y con trabajos teníamos un tráiler final que nos daba más dudas que respuestas.
Esto hizo que las teorías de fans se desbordaran como pocas veces hemos visto en la historia de la web. Dando paso a algunas de las especulaciones más locas posibles.
Luego cuando por fin pudimos ver la cinta todo fue claro y quedó perfectamente explicada la razón detrás de tanto silencio: la mejor forma para haber vivido esta aventura era con la menor cantidad de detalles posibles.
Porque sí, muchas de esas teorías resultaron ser ciertas...
Un tributo a casi 20 años de Spider-Man en el cine
AQUÍ EMPIEZAN LOS SPOILERS. Si algo distingue a Spider-Man: No Way Home es su cantidad de fan service. La cinta arranca inmediatamente donde se quedó Far From Home y nos regala más momentos con J.J. Jameson, avanzando sus conflictos y consecuencias a un ritmo frenético.
Es así como poco a poco vamos viendo que la cinta tiene una estructura inusual de cuatro etapas. Una primera que en realidad es un epílogo de la película anterior, y luego una historia de tres actos que no sólo da resolución a esa trilogía.
Sino que además da conclusión a todo el universo live-action de Spider-Man que conocíamos hasta el momento desde 2002 y de paso logra un astuto reboot al personaje en su encarnación interpretada por Tom Holland.
Para cerrar con el arco de su adolescencia y dar paso a un Hombre Araña más cercano al que conocimos en los cómics originales.
Como un héroe de calle, luchando por lo correcto, consciente de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Sin cometer tantas estupideces de juventud, salvando a todos pero sin dinero para la renta.
Aún así, tal vez el movimiento más genial de todo en No Way Home es que ahora se han replanteado las reglas para todo el MCU y el propio trepamuros.
Abriendo una cantidad de posibilidades infinitas sobre el posible cruce de franquicias, universos, actores, líneas del tiempo y villanos que hayan pasado por las cintas de Marvel Studios, Sony Pictures y hasta 20th Century Fox.
Spider-Man: No Way Home es un episodio de Community
Llega un punto sobre la mitad de No Way Home donde uno se percata que la cinta cuenta con un reparto kilométrico lleno de actuaciones estelares. A la par que la trama y sus implicaciones para el futuro del MCU es tan grande como lo que vimos con Avengers: Endgame.
El libreto se las arregla para tener a cuadro a una docena de actores de primer nivel, entre villanos, héroes y cameos glorificados, dándoles a todos peso, volumen, relevancia, ritmo y carisma.
Una labor que resulta casi imposible y que hemos visto fracasar en más de una ocasión, tal como sucedió en Marvel con la serie de The Defenders, o con DC en Justice League.
Pero luego de la montaña rusa de emociones, cuando llegó la secuencia de créditos finales, todo quedó explicado sobre cómo lograron esta acrobacia.
Los guionistas detrás de Spider-Man: No Way Home son Chris McKenna y Erik Sommers, dos autores salidos de la serie de culto Community, de donde también provienen los hermanos Russo.
Esta serie se distingue por desarrollar tramas complejas, llenas de fan service a la cultura geek y pop en aventuras de apenas 22 minutos con 6 personajes protagónicos interviniendo simultáneamente.
De hecho McKenna es el responsable detrás del libreto del episodio de culto Remedial Chaos Theory, centrado en explicar las ramificaciones de los multiversos, basado a partir del teoría del caos.
Solo alguien con esos antecedentes habría podido resolver No Way Home de la manera en la que lo lograron.
Al final la trilogía de Spider-Man con Tom Holland ha cerrado con una gran tercera parte, superando en ese aspecto a las sagas previas del trepamuros y rindiendo un merecido tributo al legado que dejaron atrás Maguire y Garfield.
Esta película es una celebración a este personaje y su mitología moderna.
