Parece que no importa dónde vivas —una casa en el campo, un departamento en un piso 12 o una nave espacial (probablemente)—, siempre hay una hormiga cerca. Y no es tu imaginación: las hormigas están literalmente en todos lados.
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Pero… ¿cómo lo logran? ¿Y por qué están tan interesadas en tu cocina? Un grupo de científicos se lo tomó en serio y reveló la verdad detrás de este fenómeno.
Spoiler: la respuesta incluye organización extrema, comunicación química y habilidades de escalada que envidiaría cualquier superhéroe.
Hay muchas... Muchísimas... Demasiadas
Antes de enojarte porque una hormiga apareció en tu taza de café, considerá esto: se estima que hay 20 cuatrillones de hormigas en el planeta. Eso es un 2 seguido de 15 ceros.
Por cada ser humano, hay aproximadamente 2.5 millones de hormigas. Así que si una se metió en tu casa... no es personal. Simplemente, las probabilidades estaban en su favor.
La clave está en su vida social (y en su obsesión con tu azúcar)
Las hormigas no tienen jefes ni planillas de Excel. Lo que tienen es inteligencia de enjambre: muchas obreras trabajando en perfecta coordinación, siguiendo reglas simples pero súper efectivas.
Algunas cuidan las crías, otras limpian, otras salen a buscar comida. Y si una encuentra algo interesante (como migajas en tu alfombra), deja un rastro químico para que el resto la siga.
Usan feromonas como si fueran un GPS natural. Una sola obrera puede llamar a miles con un simple caminito de olor. Así es como ese grano de arroz que cayó ayer terminó atrayendo una procesión entera esta mañana.
Pueden entrar por cualquier lado... y subir por cualquier lado
¿Vivís en un piso alto y aún así ves hormigas? Tiene sentido. Muchas especies tienen almohadillas adhesivas y pelitos microscópicos en las patas que les permiten escalar paredes como si fueran Spider-Man.
Y por si fuera poco, algunas hormigas del dosel de los árboles incluso han desarrollado un tipo de “paracaídas” natural para controlar su caída y regresar al árbol. O sea… sí, vuelan.
¿Y si ya están en casa? ¿Qué hago?
Primero: no entres en pánico. Ver hormigas no significa que tu casa esté sucia. Significa que vivimos en un mundo compartido (aunque ellas no pagan alquiler).Ahora, si quieres reducir sus visitas, estos son algunos consejos básicos:
- Guarda los alimentos en recipientes bien cerrados
- Limpia migas, restos de comida y cualquier rastro dulce
- No dejes comida de mascotas al aire libre
- Sella grietas o huequitos por donde puedan entrar
- Usa vinagre o limpiadores fuertes para borrar rastros de feromonas
Y sí, existen cebos e insecticidas, pero antes de usarlos, pensalo bien: la mayoría de las hormigas no pican, no dañan y hasta ayudan al ecosistema. Son como el equipo de limpieza de la naturaleza, reciclando restos y dispersando semillas.
Las hormigas no son invasoras, solo muy buenas vecinas
Lo que parece una invasión es, en realidad, una muestra de una de las redes más eficientes del reino animal. Las hormigas no son plaga, son planificación en miniatura.
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Y si entiendes cómo funcionan, puedes aprender a convivir con ellas (o al menos a mantenerlas lejos del azúcar).