El Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés) hizo un hallazgo alarmante, en las profundidades del Parque Nacional de Yellowstone. Detectaron una zona en la que sale un extraño vapor, que podría revelar lo activo que puede estar el supervolcán, que es uno de los más peligrosos para la existencia de la vida en nuestro planeta.
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De acuerdo con una reseña de Daily Mail, lo que encontraron los científicos del USGS fue un respiradero, en la entrada de un flujo de lava, que expulsa vapor caliente hacia el aire.
"Mientras conducía hacia el sur desde Mammoth Hot Springs hacia Norris Geyser Basin a principios del 5 de agosto del verano pasado, un científico del parque notó una columna de vapor que se elevaba entre los árboles y cruzaba una extensión pantanosa”, informó el USGS en un comunicado.
“El científico con ojo de águila avisó al equipo de geología del parque para verificar si realmente se trataba de una nueva actividad. Está dentro de una brecha de suelo cálido que fue alterado hidrotermalmente. Tiene 60 metros de largo y unos tres metros de profundo, debajo de la superficie del pantano”, añadieron.
No es la primera vez que detectan una anomalía de este tipo, pero lo llamativo es que esta en específico es de categoría “joven”, es decir que es nueva y es indicio de que el supervolcán las está creando.
El respiradero se mantuvo activo hasta el otoño y desapareció de manera gradual en el invierno norteamericano.
¿Qué pasa si erupciona?
Lo primero que sucedería sería una serie de potentes sismos, alertando a los expertos sobre el inminente desastre. Luego, una explosión masiva arrojaría cenizas, rocas y gases volcánicos a la atmósfera, creando una nube gigantesca que se expandiría por miles de kilómetros.
Los estados cercanos, como Wyoming, Montana e Idaho, serían los primeros en quedar sepultados bajo metros de ceniza ardiente, destruyendo ciudades y campos por completo.
Pero el impacto no se quedaría solo en Estados Unidos. La ceniza, esparcida por el viento, afectaría gravemente la calidad del aire en diversas regiones del planeta. El tráfico aéreo colapsaría y los sistemas de agua potable se verían contaminados.
A nivel global, la atmósfera recibiría tal cantidad de partículas que el sol quedaría parcialmente bloqueado durante meses o incluso años, provocando lo que los científicos llaman un “invierno volcánico”. Las temperaturas descenderían drásticamente, afectando cosechas y desencadenando una crisis alimentaria sin precedentes.
Aunque una erupción de esta magnitud no significaría la extinción de la humanidad, sí sería un evento devastador para la civilización moderna. Expertos del USGS (Servicio Geológico de EE.UU.) aseguran que no hay señales de una erupción inminente, pero continúan monitoreando la actividad del volcán para prevenir cualquier riesgo.
Por ahora, y esperemos que se mantenga así, Yellowstone sigue en calma. Pero la historia geológica hace que nos mantengamos alerta, ya que la Tierra es impredecible, y cuando la naturaleza decide despertar, su poder no tiene comparación. ¿Estaremos preparados para cuando llegue ese día?