La historia de la existencia de vida en nuestro planeta está llena de misterios sin resolver. Es normal que eso suceda, cuando vivimos en un mundo que tiene 4.500 millones de años, y apenas podemos certificar con certeza lo que ocurrió hace poco más de 2.000 años.
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Uno de los grandes misterios se posa alrededor de las especies que han habitado nuestro mundo, como el caso de los dinosaurios. Aunque cada día se avanza mucho más en esta área de la paleontología, todavía falta muchísimo por descubrir.
Sin embargo, el misterio que venimos a abordar en esta ocasión no se aleja tanto para la época de los dinosaurios. Relatos indígenas de la era colonial hablan de ancestros humanos gigantes, personas que llegaban a medir al menos tres metros, una estatura muy superior a la de los humanos de la actualidad.
Se dice que han habido hallazgos de restos de estos humanos en Perú, Ecuador, México, El Salvador y los Estados Unidos. En los países latinos se tiene pruebas de la existencia de estos fósiles, pero los análisis de la datación por carbono y las pruebas de ADN no son concluyentes, como para identificar la antigüedad y raza del “ser” que fue dueño de esas estructuras.
Cuentan algunas leyendas de que en el caso de los Estados Unidos, algunas instituciones habrían encontrados evidencias sólidas de la existencia de estos seres, y habrían sido destruidas de inmediato, por alguna instancia superior de quien no se tienen ninguna información.
No es la primera vez que se habla de este tema en el mundo. La provincia de Shandong, en la costa oriental de China, fue la locación para que equipos de científicos encontraran los huesos de un individuo de una civilización de “gigantes” hace 5.000 años.
Los Longshan vivieron en una época entre aproximadamente el año 3.000 y el 1.900 a.C. La evidencia de fósiles revela que estos seres tenían un promedio de estatura de 1.90 metros, notoriamente superior a la de los humanos que habitan el gigante de Asia en la actualidad, que promedian 1.65 metros.