Imagina que estás en la cancha, balón en mano, y decides lanzar un triple al más puro estilo de Stephen Curry. Arco perfecto, muñeca relajada, pero... ¡fallas estrepitosamente!. ¿Qué salió mal? Si él puede hacerlo, ¿por qué tú no?
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La respuesta es más simple de lo que crees: no hay dos jugadores iguales. Por años, nos han vendido la idea de que la clave del éxito en el deporte es imitar a los mejores, pero la ciencia dice que eso puede ser un gran error.
¿Existe una técnica perfecta? Nope
Los entrenadores siempre han buscado esa mítica “técnica óptima”, el secreto definitivo para lanzar, correr o patear mejor. Pero la verdad es que lo que funciona para un atleta puede ser un desastre para otro.
Miremos a los tiradores de tres puntos en la NBA. Curry lanza con una mecánica rápida y un arco altísimo. En cambio, Luka Dončić y Kevin Durant tienen estilos completamente distintos. Y aun así, los tres son letales desde la línea de tres.
Ahora imagina que un entrenador intenta cambiar el estilo de Luka para que lance exactamente como Curry. Lo más probable es que su porcentaje de acierto se desplome. Lo mismo pasa en el atletismo: Noah Lyles y Gout Gout tienen formas muy distintas de correr, pero ambos son rapidísimos.
Conclusión: no hay una única manera de hacer las cosas bien.
La variabilidad no es un error, es tu superpoder
Si te fijas en los atletas de élite, verás que no todos se mueven igual. La variabilidad en la técnica no solo es normal, sino que es una ventaja.
Tomemos otro ejemplo de Curry. Cuando metió esa locura de canasta envolviendo el balón detrás de la espalda y lanzando con fade-away, no estaba siguiendo un manual de técnica “perfecta”. Estaba encontrando la mejor solución en el momento.
En los 100 metros planos pasa lo mismo. Algunos velocistas levantan más las rodillas, otros tienen una zancada más fluida. No hay una única manera de correr rápido, sino distintos caminos para lograrlo.
Entonces, ¿cómo entrenar como un verdadero pro?
Si eres deportista (o entrenador), en lugar de obsesionarte con copiar a los cracks, prueba, experimenta y adáptate.
Obvio, hay ciertas reglas biomecánicas que hacen que un movimiento sea más eficiente, pero dentro de esos límites, hay espacio para que encuentres tu propio estilo.
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Así que la próxima vez que alguien te diga: “Tira como Steph” o “haz goles como Messi”, respóndeles: “No gracias, prefiero hacerlo como YO”.