Imagínate esta escena: estás en tu oficina, mirando la pantalla, y te preguntas: “¿Qué pasaría si lo dejo todo, renuncio a mi vida y me voy a recorrer el mundo?” Pues bien, parece que hay un precio para ese sueño.
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Un estudio reciente reveló que el estadounidense promedio necesitaría 287.731 dólares para sentirse cómodo dejando atrás su trabajo y su vida actual para lanzarse a la aventura.
La cifra mágica de la libertad
Según una encuesta de Talker Research realizada a 2.000 personas, esa es la cantidad promedio que los estadounidenses consideran suficiente para dar el salto.
Claro, porque no todos quieren arriesgarse a vivir de ramen instantáneo en Bali o dormir en un hostal lleno de mochileros alemanes que roncan como trenes de carga.
Pero, ojo, la cifra varía según las generaciones:
- Generación Z: Estos aventureros natos se conformarían con unos 211.000 dólares. Quizás porque tienen menos ataduras y creen que el mundo es suyo con un par de TikToks virales y un poco de suerte.
- Baby Boomers: Con más responsabilidades y menos pelo (o más canas), ellos prefieren un colchón más cómodo de 335.000 dólares. Vamos, que si van a viajar por el mundo, que al menos sea con algo de dignidad y sin preocupaciones.
El club de los que no se venderían por dinero
Curiosamente, el 17% de los encuestados dijo que no dejarían su vida actual ni por todo el dinero del mundo. Estos son los verdaderos campeones de la rutina: aman su café de la mañana, el tráfico de la ciudad y las reuniones interminables de Zoom.
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Nada los convence de cambiar su vida por la incertidumbre de las playas paradisíacas y la aventura.
¿Qué harían con un millón de dólares para viajar?
La encuesta fue más allá y preguntó qué harían los estadounidenses si tuvieran un presupuesto de un millón de dólares exclusivamente para viajes. Las respuestas fueron… interesantes:
- Vacaciones con la familia: El 37% derrocharía su dinero en llevar a todos sus seres queridos a una aventura épica. Porque, claro, ¿quién no querría pelearse con sus padres y hermanos en un crucero de lujo?
- Viajes por carretera: Un 24% optaría por recorrer su país en coche, quizás buscando el mejor sándwich de cada estado o tratando de entender por qué hay tantas canciones country en la radio.
- Visitar monumentos: El 21% sueña con ver las grandes maravillas del mundo. El Coliseo, las Pirámides, el Taj Mahal… y luego tomarse la clásica selfie con cara de “¡Lo logré!”
- Lujo sin límites: Un 17% quiere vivir la vida como un millonario de Instagram: hoteles de cinco estrellas, spas y desayunos en la cama (porque si vas a derrochar, hazlo con estilo).
- Viajar lento: Otro 18% preferiría mudarse por temporadas, disfrutando de cada lugar sin prisa. ¿Tres meses en París? ¿Cuatro en Tokio? No suena mal, ¿verdad?
- Viajes llenos de aventura: El mismo porcentaje planea experiencias locas como safaris, bucear en la Gran Barrera de Coral o perseguir la aurora boreal como si fuera un Pokémon raro.
¿Y los que prefieren quedarse en casa?
Sorprendentemente, un pequeño pero notable 4% de los encuestados dijo que devolvería el millón de dólares porque no tienen interés en viajar. Sí, esas personas existen. Para ellos, la idea de subirse a un avión y enfrentar la incertidumbre de otro país es más aterradora que el último episodio de su serie favorita.
Prefieren la seguridad de su sofá, su comida local y las noticias de siempre.
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El estudio nos muestra que, aunque todos soñamos con dejarlo todo y recorrer el mundo, al final del día, el precio de la libertad es tan diverso como las personas mismas. Algunos lo harían por una suma modesta, otros necesitan una fortuna, y unos pocos no lo harían por nada del mundo.
Ahora, la pregunta es: ¿tú cuánto necesitarías para dejarlo todo y empezar una aventura épica?