Ciencia

Con impresora 3D crean pila que se autodestruye después de su uso

Una batería buena para el ambiente gracias a estar hecha con tinta celulosa

Imagen cortesía del EMPA
Batería hecha con hongos (EMPA)

Las baterías son uno de los contaminantes que mayor impacto causan en el mundo, ya sea por el mucho tiempo que tardan en degradarse o por el litio que tienen en su contenido que contamina los suelos. En busca de contrarrestar las afectaciones que causa, científicos suizos han hecho una innovación en el campo de las energías renovables al desarrollar una batería viva y biodegradable, impulsada por el poder de los hongos y todo hecho gracias a una impresora 3D.

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El futuro de las baterías ha llegado gracias a los hongos

Los hongos han demostrado ser mucho más que simples descomponedores. Estos organismos, que comparten más características con los animales que con las plantas, han sido empleados para crear una batería única. Al combinar dos tipos de hongos, los investigadores han logrado generar electricidad a partir de nutrientes simples. El proceso es similar al metabolismo de los microorganismos, pero en este caso, parte de la energía liberada se captura en forma de electricidad.

La estructura de esta batería se fabrica por completo mediante impresión 3D, lo que permite diseñar electrodos optimizados para el crecimiento y desarrollo de los hongos. La tinta utilizada en la impresión está compuesta principalmente de celulosa, un material biodegradable que sirve tanto de soporte estructural como de fuente de alimento para los microorganismos. Al finalizar su ciclo de vida, la batería se descompone de manera natural, sin dejar residuos tóxicos.

Esta tecnología tiene el potencial de revolucionar diversos sectores. Imaginemos sensores agrícolas que monitorean la calidad del suelo y las condiciones climáticas, o dispositivos de investigación en zonas remotas, todos alimentados por estas baterías biodegradables. Su capacidad para operar en entornos hostiles y su bajo impacto ambiental las convierten en una herramienta invaluable para la investigación científica y el desarrollo sostenible.

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Si bien este logro es un gran avance, hay retos como mejorar la eficiencia y la capacidad de almacenamiento de estas baterías es un objetivo prioritario. Además, se busca identificar nuevas especies de hongos con un potencial energético aún mayor. A pesar de estos retos, el futuro de las baterías fúngicas parece prometedor.

La creación de baterías biodegradables basadas en hongos representa un cambio de paradigma en el campo de la energía. Al aprovechar los procesos naturales de los organismos vivos, los científicos están abriendo nuevas vías para desarrollar tecnologías más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. Esta innovación no solo podría reducir nuestra dependencia de las baterías tradicionales, sino también impulsar la investigación en el campo de la biotecnología y la bioenergía.

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