Entre tormentas devastadoras, avances científicos esperanzadores y momentos que parecieron sacados de un guion de ciencia ficción, el 2024 no fue precisamente un año aburrido. En ese sentido, Wired hizo un recorrido por los eventos que marcaron este año, porque aunque algunos nos hicieron aplaudir, otros nos dejaron con la cabeza entre las manos.
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Autos voladores y robots con cara en el MWC
El Mobile World Congress regresó a Barcelona con propuestas que parecían más un capítulo de Black Mirror que un evento de tecnología. Entre prototipos de coches voladores y robots humanoides con expresión facial, el futuro nunca pareció tan cercano… y tan lejos a la vez. Además, España aprovechó el evento para anunciar que está desarrollando un modelo de lenguaje de IA en castellano y lenguas cooficiales.
Preocupación por la IA y montañas de desechos electrónicos
La inteligencia artificial siguió acaparando titulares, pero esta vez no por su genialidad, sino por sus peligros. La Eurocámara aprobó la primera ley para regular la IA, mientras que una encuesta del CIS reveló que más de la mitad de los españoles teme el contenido falso generado con estas herramientas. Y es que los deepfakes no son tan divertidos como parecen.
Por otro lado, la ONU nos recordó que el mundo está literalmente sepultado en desechos electrónicos. En 2022 acumulamos 62 millones de toneladas, y para 2024 la cifra podría llegar a los 82 millones. ¿Solución? Aún no hay muchas, pero al menos sabemos que nuestra obsesión por gadgets nos está dejando un legado tóxico.
Eclipses, juicios climáticos y adiós a Peter Higgs
El 8 de abril trajo un eclipse total que cruzó América del Norte. Ese día también marcó una victoria en los tribunales: el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dio la razón a un grupo de señoras suizas que demandaron a su gobierno por no protegerlas adecuadamente frente al cambio climático. No solo eso, también el mundo perdió a Peter Higgs, el físico que nos ayudó a entender el universo con su descubrimiento del bosón de Higgs.
Si hay algo que eclipsa al propio eclipse, es la pérdida de una mente tan brillante.
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Imágenes de otro mundo y un hito histórico en la ciencia española
El telescopio espacial Euclid comenzó a enviar sus primeras imágenes en mayo, abriendo una nueva ventana al cosmos. Pero la verdadera estrella del mes fue Ana Crespo, quien se convirtió en la primera mujer en presidir la Real Academia de Ciencias en 177 años.
Brotes de enfermedades transmitidas por mosquitos
Como si no tuviéramos suficiente con el calor y las sequías, los mosquitos decidieron unirse a la fiesta. Tarragona vivió el mayor brote de dengue autóctono registrado en España, con ocho casos confirmados. Por si fuera poco, también hubo un brote de fiebre del Nilo, que dejó 70 infectados y ocho muertos.
Vacunas contra el cáncer de pulmón
En medio de tantas malas noticias, septiembre trajo un rayo de esperanza: comenzaron los ensayos en humanos de una vacuna experimental contra el cáncer de pulmón, basada en la tecnología de ARN que revolucionó las vacunas del COVID-19.
La tragedia de la DANA
El 29 de octubre, una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) arrasó Valencia, dejando un saldo devastador de 222 muertos y miles de afectados. Este desastre sin precedentes puso sobre la mesa tres duras verdades: el cambio climático empeora estos fenómenos, las alertas tempranas salvan vidas y construir en zonas inundables es jugar con fuego.
Mientras Valencia lloraba a sus víctimas, la COP29 acordaba un fondo de 300,000 millones de dólares anuales para ayudar a los países en desarrollo a lidiar con la crisis climática. Un paso en la dirección correcta, aunque todavía lejos de lo que se necesita.
Lenacapavir, la esperanza contra el VIH
El año terminó con una nota de esperanza en el ámbito médico: el medicamento Lenacapavir fue elegido como el avance del año por la revista Science. Capaz de prevenir infecciones por VIH con casi un 100% de eficacia, podría ser un cambio de juego en la lucha contra esta enfermedad. El único problema: su precio. Un año de tratamiento cuesta más de 42,000 dólares, aunque algunos estudios sugieren que podría producirse por solo 40 dólares.
Entre la tragedia y la esperanza
El 2024 ha sido un año de contrastes. Por un lado, desastres naturales y crisis medioambientales que evidencian el precio de nuestra indiferencia hacia el planeta. Por otro, avances científicos que nos recuerdan de lo que somos capaces cuando priorizamos el conocimiento y la colaboración. ¿Será 2025 el año en que aprendamos de los errores y avancemos hacia un futuro más sostenible? Si algo hemos aprendido, es que el tiempo corre, y nosotros estamos al volante.
