Estamos en pleno 2024, casi llegando al 2025. Ya todos deberíamos saber que el cigarrillo y cualquier tipo de tabaquismo es perjudicial para la salud. Pero a pesar de las advertencias que se hacen sobre este consumo, la acción de fumar sigue siendo una de las más comunes alrededor del mundo. Entonces, como nadie mide las consecuencias, aquí vamos con otro estudio que tiene un respaldo de más de 300 años en sus hombros y el análisis de un equipo de arqueólogos británicos.
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Científicos de la Universidad de Leicester analizaron un esqueleto que tiene más de 300 años de antigüedad, del siglo XVII, que coincide con la introducción del tabaco o cigarrillo en la civilización occidental.
Es impresionante que los restos del tabaquismo hayan perdurado en los huesos de esta persona, por cuatro siglos. De acuerdo con la investigación, el consumo de cigarrillos deja un registro metabólico en el hueso cortical humano (la capa externa de la estructura ósea de los humanos).
Por décadas, la cultura general nos había dicho que los daños del tabaquismo estaba en los pulmones, las arterias del corazón, la garganta, los labios y los dientes. Sin embargo, además de todos las partes del cuerpo humano mencionadas, también daña los huesos.
El hecho de que haya restos de consumo de cigarrillos en el cortical es preocupante, ya que esta parte del hueso es la que se encarga de darnos fuerza e impulso durante las actividades físicas.
“Nuestra investigación muestra que existen diferencias significativas en las características moleculares contenidas en los huesos de los consumidores y no consumidores de tabaco en el pasado”, dijo Sarah Inskip, una de las investigadoras de este estudio, según reseña de Infobae.
“Esto potencialmente muestra que podemos ver el impacto que el consumo de tabaco tiene en la estructura de nuestro esqueleto. Nuestra investigación en curso tiene como objetivo determinar cómo surgen estas diferencias, ya que pueden tener importancia para comprender por qué el consumo de tabaco es un factor de riesgo para algunos trastornos musculoesqueléticos y dentales”, añadió la experta.
