Ciencia

Observatorio de la NASA capta el momento justo en que el Sol se traga el cometa Halloween

Conocido científicamente como ATLAS (C/2024 S1), el cometa Halloween tenía chances de ser visto este jueves.

Esta eyección de masa coronal, capturada por el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA, hizo erupción en el Sol el 31 de agosto de 2012, viajando a más de 1.300 kilómetros por segundo y enviando radiación a las profundidades del espacio. NASA/GFSC/SDO (Sebastian Carrasco)

Nada es imposible para la fuerza, energía y temperatura del Sol. Cualquier objeto que se acerque mucho a la estrella masiva tendrá el mismo destino que el cometa Halloween, conocido científicamente como ATLAS (C/2024 S1).

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La roca espacial, que llevaba el nombre de Halloween debido a que había chances de verla este mismo jueves, finalmente fue consumida por la estrella masiva tras acercarse mucho. Básicamente el Sol se tragó esta roca espacial que realizaba órbitas por nuestro sistema planetario.

El hecho quedó registrado en las cámaras y lentes del Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO) de la NASA. Los científicos a cargo de analizar y seguir el rastro del cometa Halloween, fueron a ver su ubicación y al notar que no estaba por nigún lado comenzaron a revisar otros instrumentos.

Se llevaron una impactante sorpresa cuando vieron al cometa Halloween consumirse por completo y desaparecer, tras acercarse a 1.2 millones de kilómetros del Sol. “Se vaporizó por completo”, dijeron los expertos en un comunicado.

El cometa Halloween era fragmentos de otra roca

Los expertos explican que este cometa desintegrado ya era fragmentos de una roca antigua. Su tamaño, prácticamente insignificante para el Sol, fue lo que hizo que no soportara el calor de la estrella masiva.

El astrónomo que lleva la cuenta de X @ExoPlanetascom explica que sobre ATLAS (C/2024 S1) hay varias teorías. La más sólida afirma que esta roca sería producto de un cometa gigante de más de 100 km de diámetro, que se partió originalmente hace unos 2300 años, según registraron sabios de la antigua Grecia.

Después esos fragmentos, también enormes de decenas de km de diámetro, se fueron partiendo en otros más pequeños durante la Edad Media según hacían su órbita al Sol que los llevaba a rozarlo peligrosamente.

No hay dudas de que el Sistema Solar sigue cambiando y evolucionando a medida que va pasando el tiempo. Rocas entran desde las afueras de nuestro Sistema Solar y otras, como el cometa Halloween, desaparecen para siempre, lo que nos deja como aprendizaje que nuestro mundo no estará tal y como lo conocemos para siempre.

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