Por primera vez, personas con ceguera central a causa de la degeneración macular avanzada han vuelto a experimentar lo que creían perdido: leer un libro, ver un rostro o incluso disfrutar de una partida de cartas. Esto gracias al implante retinal experimental de Science Corporation, una innovadora empresa californiana fundada por Max Hodak, exlíder de Neuralink, y que esta semana ha compartido los primeros resultados de su ensayo clínico en Europa y Reino Unido.
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El dispositivo, llamado “Prima,” consiste en un pequeño chip de 2 milímetros cuadrados que se inserta quirúrgicamente bajo la retina. El procedimiento, que dura aproximadamente 80 minutos, se complementa con un par de gafas equipadas con una cámara especial. Estas gafas capturan imágenes y transmiten patrones de luz infrarroja al chip, el cual contiene 378 píxeles impulsados por luz.
A partir de la estimulación eléctrica, el cerebro recibe señales que interpretan esos patrones como imágenes. Aunque no se trata de una visión completamente natural—los usuarios ven imágenes procesadas y monocromáticas en tonos amarillos—es un avance significativo para quienes han sufrido la pérdida de visión central.
Una diferencia crucial: el potencial de la “visión de formas”
Mientras que otros dispositivos previos solo lograban que los usuarios percibieran puntos de luz (llamados fosfenos) en el campo visual, el implante de Science Corporation logra algo más: la percepción de formas y patrones, permitiendo que los usuarios distingan letras, rostros y objetos en su entorno.
Esto representa un avance crucial en el campo de las prótesis retinianas, especialmente para quienes padecen atrofia geográfica, una forma avanzada de degeneración macular relacionada con la edad (AMD, por sus siglas en inglés).
Un impacto real en la vida de los pacientes
Los primeros resultados del ensayo han sido alentadores: 32 participantes de entre 60 y 80 años han logrado mejorar su agudeza visual significativamente. Al inicio, los pacientes tenían una agudeza visual promedio de 20/450 (legalmente ciegos en EE. UU., que define la ceguera legal como 20/200 o peor). Después de un año, los participantes lograron leer hasta cinco líneas adicionales en la tabla optométrica, alcanzando un promedio de 20/160. Algunos de los voluntarios, aprovechando la función de zoom del dispositivo, lograron ver con una agudeza de 20/63, una mejora notable.
Sin embargo, no todos han experimentado los mismos resultados. Cinco personas no mostraron mejoría, y aún quedan dudas sobre cuánto utilizaban la función de zoom durante las tareas de prueba. Los expertos consideran que, aunque se trata de un avance, aún hay interrogantes sobre la efectividad del dispositivo en el día a día de los usuarios.
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Un avance necesario y prometedor
Para el Dr. Sunir Garg, oftalmólogo y vocero de la Academia Americana de Oftalmología, la llegada de una tecnología como Prima es prometedora, ya que, hasta ahora, no existían soluciones efectivas para las personas afectadas por AMD avanzada. Solo en Estados Unidos, se estima que 20 millones de personas sufren de AMD, y las proyecciones indican que esta cifra podría aumentar de manera significativa en las próximas dos décadas.
Aunque todavía se necesita tiempo y más datos para evaluar el impacto real de Prima, el éxito preliminar abre una puerta de esperanza para quienes pensaron que su visión estaba irremediablemente perdida.