Un equipo de científicos estadounidenses, liderado por la psiquiatra Laura Pritschet, de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania, encontraron un comportamiento nunca antes visto en la historia: el cerebro de los hombres se reduce en las mañanas y se recupera en las noches.
Este extraño comportamiento, al parecer único y exclusivo del género masculino, está fuertemente relacionado a la fluctuación de la cantidad de hormonas como el cortisol, el estradiol y la testosterona. Dependiendo del consumo de estos elementos en los hombres, el cerebro pierde volumen en las mañanas y se recupera en las horas de descanso, haciendo que se convierta en acciones cíclicas.
De acuerdo con una reseña de Bio Bio Chile, los resultados de este estudio responden a 40 escaneos realizados por un periodo de 30 días, al cerebro de un sujeto de 26 años llamado Pavel Shapturenk.
Se le realizaron resonancias magnéticas a en dos ocasiones: a las 7:00 de la mañana y a las 20:00 horas, periodos en los que se supone que las hormonas están en su punto más alto y bajo, respectivamente.
Todos somos hormonales
Explican que el cambio en el tamaño del cerebro se reduce a medida que avanza la edad del hombre, pero que el mismo patrón persiste a lo largo de la vida de las personas de género masculino. “Los hombres muestran una disminución del 70% en las hormonas esteroides desde la mañana hasta la noche”, dijo la Dra. Pritschet.
De acuerdo con la psiquiatra, lo que disminuye es el volumen general del cerebro y el grosor de la capa externa del cerebro, conocida como la corteza. “El volumen de materia gris, que contiene los cuerpos celulares de las neuronas y las conexiones entre ellas, se redujo en un promedio de aproximadamente 0.6%”, dijo la experta tras los estudios realizados sobre el cerebro de Shapturenk.
Finalmente, detalló que en el caso de las mujeres también hay fluctuaciones diarias en el volumen del cerebro. Pero no es tan notorio, debido a que el ciclo menstrual de las mujeres es el “ente” que rige los cambios hormonales, que se dan por periodos y no diariamente, como en el caso de los hombres.