Un pescador que surcaba las aguas del Caribe mexicano, se encontró con los restos de un barco hundido sin saber que había realizado un hallazgo arqueológico histórico. Dio aviso a las autoridades nacionales del país centroamericano y cuando indagaron en las profundidades del mar, notaron que se trataba de una embarcación británica que naufragó hace más de 200 años.
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De acuerdo con lo que informa el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), los restos del barco hundido estaban en una región llamada Banco Chinchorro y apodada coloquialmente como Quitasueños, conocida por sus abundantes arrecifes, que son una pesadilla para las granes embarcaciones.
Está ubicada en un rincón del estado de Quintana Roo, conocido por sus pintorescas y paradisiacas playas. La región también es conocida por ser una verdadera guillotina de barcos, durante la época colonial. Contabilizan el hallazgo de los restos de este barco inglés como el número 70.
Los científicos del INAH llamaron a esta embarcación “Manuel Polanco”, en honor al pescador que la encontró mientras navegaba por el Caribe de México.
Los tesoros del barco inglés
De acuerdo con un artículo de Infobae, los arqueólogos del INAH lograron identificar partes del barco como un cañón, lingotes de hierro y un ancla. Estas tres piezas representan pistas importantísimas para comenzar a rastrear que tipo de barco era y su nombre original, según los registros que deben estar en institutos arqueológicos y de historia en Gran Bretaña.
Las tres piezas representan un tesoro cultural y científico incalculable para el patrimonio de la humanidad.
Lamentablemente, los restos de la madera no se conservaron de buena manera como para poder identificar exactamente que tipo de barco era. Las piezas dan como indicio que era un navío que se usaba con fines militares y comerciales. Los cálculos dicen que se habría usado entre finales del siglo XVIII y XIX.