Existe un nuevo tipo de levitación magnética, que se podría combinar con los métodos existentes y revolucionar para siempre los sistemas del transporte global.
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Se trata de algo llamado levitación por rotación. La explicación de este concepto fue teorizada por Roy Harrigan, un inventor estadounidense, en la década de 1980. En la última década se ha experimentado en diferentes mecanismos y ha funcionado de manera óptima.
¿Qué es la levitación por rotación? Es una forma de levitación magnética que se basa en el uso de imanes giratorios para mantener un objeto en suspensión. A diferencia de otros tipos de levitación magnética, que requieren electroimanes o superconductores, la levitación por giro puede lograrse utilizando imanes permanentes y movimiento rotacional.
La levitación giratoria es inferior a las tecnologías maglev o a la de los superconductores. Sin embargo, el nivel de estabilidad que se alcanza con los imanes giratorios hace que ofrezca un elemento a considerar para aplicar en diferentes ámbitos.
La levitación por rotación en un tren maglev
Por ejemplo, un tren maglev o de superconductores podría aplicar la levitación por rotación para garantizar la estabilidad de un vagón que recorre largas distancias y a grandes velocidades.
Eso se explica en algo llamado el Teorema de Earnshaw. Se trata de un principio que establece que es imposible lograr una levitación estable usando solo imanes permanentes en configuraciones estáticas, debido a la naturaleza inestable de los campos magnéticos.
Sin embargo, la rotación del imán en la levitación por giro agrega un factor estabilizador: el efecto giroscópico, que permite que el sistema se mantenga suspendido y balanceado.
Si bien la levitación por giro no aporta ventajas significativas en términos de propulsión o control de velocidad, ofrece esa garantía de estabilidad, crucial para la seguridad del transporte que use esta tecnología.