En el vasto escenario de la Vía Láctea, un nuevo descubrimiento ha captado la atención de los astrónomos: un agujero negro de masa intermedia, ubicado en el cúmulo estelar IRS 13.
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El cúmulo IRS 13, que se encuentra cerca de Sagittarius A* (el agujero negro supermasivo en el centro de nuestra galaxia) ha sido objeto de estudio durante años. Inicialmente, se pensaba que este cúmulo albergaba estrellas masivas, pero nuevas observaciones han revelado algo mucho más intrigante.
Y es que, según un reciente artículo en The Astrophysical Journal, el cúmulo contiene un agujero negro con una masa aproximada de 30.000 veces la del Sol.
¿Qué tan comunes son los agujeros negros de este tipo?
Este tipo de agujero negro es particularmente difícil de observar, ya que no es lo suficientemente pequeño para haberse formado de una supernova, ni lo suficientemente grande para ser clasificado como supermasivo.
La evidencia de su existencia proviene del análisis del movimiento estelar y de las emisiones de rayos X y gas ionizado alrededor del objeto, facilitada por los telescopios VLT y Chandra.
Además, existe una teoría que sugiere que estos agujeros negros de masa intermedia podrían desempeñar un papel crucial en el crecimiento de agujeros negros supermasivos, como el que reside en el centro de la Vía Láctea.
En efecto, el cúmulo IRS 13 podría haber estado contribuyendo al crecimiento de Sagittarius A* durante los últimos 10 millones de años, actuando como una especie de “bloque de construcción” para el agujero negro central.
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Fundamental para comprender más acerca de Sagittarius A*
Los científicos destacan la importancia de este hallazgo señalando que IRS 13 parece ser un componente esencial para entender el crecimiento de nuestro agujero negro central.
Sostienen que este cúmulo estelar ha estado sorprendiendo a los científicos desde su descubrimiento, hace 20 años; sin embargo, ahora, con datos más detallados, se confirma que contiene un agujero negro de masa intermedia en su centro.
Y aunque el hallazgo es emocionante, los astrónomos advierten que se necesitarán más observaciones para confirmar definitivamente la naturaleza del objeto. Para ello, se recurrirá a instrumentos más avanzados como el Extremely Large Telescope (ELT), el cual se encuentra actualmente en construcción en Chile, sumado al trabajo del telescopio espacial James Webb.
Extremely Large Telescope
El ELT es crucial para la investigación de agujeros negros porque, entre otras cosas, puede detectar y analizar la luz de objetos extremadamente lejanos, incluyendo agujeros negros en galaxias distantes. Asimismo, el ELT puede producir imágenes de alta resolución, permitiendo a los científicos estudiar la estructura y el entorno de los agujeros negros con mayor detalle.
El ELT también puede analizar la luz de los agujeros negros para determinar su composición, movimiento y propiedades; además, puede ayudar a entender cómo se forman y evolucionan los agujeros negros en el universo.
Como si fuera poco, el ELT puede detectar agujeros negros que no emiten luz, pero que afectan la luz de las estrellas cercanas, puede ayudar a entender la relación entre los agujeros negros y la materia oscura en el universo y puede realizar descubrimientos que revolucionen nuestra comprensión del universo y sus misterios.