Ciencia

Este corazón hecho con tecnología de levitación magnética podría ser la respuesta a los problemas cardiácos

Dentro del corazón artificial de Bivacor, un disco levitante gira 2.000 veces por minuto para mantener el flujo de sangre.

Corazón artificial de Bivacor
Corazón artificial de Bivacor Este corazón hecho con tecnología de levitación magnética podría ser la respuesta a los problemas cardiácos

Después de décadas de investigación y desarrollo, el corazón artificial total Bivacor marcó un hito en el campo de la cardiología. Este innovador dispositivo, que reemplaza completamente las funciones de un corazón natural, fue implantado de forma exitosa en seres humanos el pasado 9 de julio, como parte de un estudio de viabilidad temprana.

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Después de este primer implante, que se llevó a cabo en Baylor St. Luke’s Medical Center, del Texas Medical Center, cuatro pacientes más ingresarán al estudio. Desarrollado por el Texas Heart Institute (THI) en colaboración con Bivacor, este corazón artificial utiliza una tecnología única de levitación magnética para impulsar un disco que bombea sangre de manera eficiente y sin la necesidad de válvulas.

¿Cómo funciona?

El corazón Bivacor se basa en el principio de los trenes de levitación magnética, lo que permite que el disco giratorio se mantenga suspendido sin contacto físico con otras partes del dispositivo, minimizando la fricción y el desgaste.

La levitación magnética, o maglev por sus siglas en inglés, es un fenómeno físico que ocurre cuando un objeto es suspendido en el aire sin ningún soporte físico, utilizando únicamente fuerzas magnéticas. En el caso del corazón artificial Bivacor, un disco metálico (el rotor) es levitado dentro de una cámara, permitiendo que gire libremente sin rozamiento.

Gracias a la repulsión magnética, el disco se mantiene suspendido a una distancia precisa del fondo de la cámara. Un segundo campo magnético, esta vez rotatorio, induce al disco a girar a una velocidad determinada. Finalmente, el movimiento del disco genera una fuerza centrífuga que impulsa la sangre a través de la cámara, simulando la función de bombeo del corazón natural.

Esta tecnología, junto con la capacidad de adaptarse a las necesidades individuales de cada paciente, lo convierte en un dispositivo altamente personalizable.

Un avance histórico

La insuficiencia cardíaca es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo. Si bien los trasplantes de corazón son una opción para algunos pacientes, la escasez de donantes limita significativamente el acceso a este tratamiento.

Es por eso que el corazón artificial Bivacor representa un avance significativo en la búsqueda de una solución duradera para la insuficiencia cardíaca. Con su diseño innovador y su potencial para mejorar la calidad de vida de millones de pacientes, este dispositivo podría cambiar radicalmente el tratamiento de esta enfermedad en los próximos años.

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