Científicos registran un fenómeno nunca antes visto en el continente blanco. La lluvia en la isla Rey Jorge durante el invierno austral. Un hecho que ha sido documentado en un reciente artículo científico y que abre nuevas interrogantes sobre el impacto del cambio climático en la región más austral del planeta.
“No solo fue extraordinario el hecho de que lloviera, sino también la duración del evento. La isla Rey Jorge soportó un aguacero de doce horas”, señala el climatólogo Raúl Cordero, investigador de la Universidad de Santiago de Chile (Usach) y miembro del Programa Nacional de Ciencia Antártica (Procien).
¿Qué causó la lluvia de la Antártica?
Las investigaciones, publicadas en una revista científica especializada, apuntan a que este fenómeno fue ocasionado por un río atmosférico, una banda de aire cálido y húmedo que transportó una gran cantidad de vapor de agua hacia la zona. Al llegar a la isla, este vapor se condensó y precipitó en forma de lluvia, a pesar de las bajas temperaturas invernales.
Los ríos atmosféricos producen aumentos significativos de la temperatura, elevación del nivel de congelación y precipitaciones líquidas en lugar de nieve en zonas costeras. Esto, además, puede acelerar el derretimiento de hielo y afectar la estabilidad de las capas de hielo y glaciares.
¿Cuáles son los efectos positivos de la lluvia en la Antártica?
Si bien la lluvia en la Antártida es un fenómeno poco común y reciente, y sus consecuencias a largo plazo aún se están estudiando, puede tener algunos efectos positivos:
Aumento de la acumulación de nieve en el interior del continente: La lluvia que cae en las zonas costeras puede ser transportada hacia el interior por el viento, donde se congela y se acumula en forma de nieve. Esto podría contribuir al aumento de la masa de la capa de hielo de la Antártida, un factor importante para la regulación del clima global.
Aporte de humedad a los ecosistemas: La lluvia proporciona agua a los ecosistemas que dependen de ella, como los musgos, líquenes y algunos invertebrados. Esto podría favorecer el crecimiento y la supervivencia de estas especies, aumentando la biodiversidad en la región.
Nutriente para el fitoplancton: El agua de lluvia puede arrastrar nutrientes del continente hacia el océano, lo que beneficia el crecimiento del fitoplancton. El fitoplancton es la base de la cadena alimentaria marina, por lo que su aumento podría tener un impacto positivo en la salud de los ecosistemas oceánicos antárticos.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos son solo algunos de los posibles efectos positivos de la lluvia en la Antártida. Se necesitan más investigaciones para comprender completamente las consecuencias a largo plazo de este fenómeno y su impacto en el ecosistema antártico en su conjunto.
¿Qué tan común es que llueva en la Antártica?
La lluvia en la Antártida es un fenómeno poco común, que se presenta principalmente en las zonas costeras y las islas durante el verano austral (de diciembre a febrero). Se estima que, en promedio, caen entre 200 y 400 milímetros de precipitación anual en estas áreas, siendo la mayor parte en forma de nieve.
Los ríos atmosféricos estarían arribando con mayor frecuencia a la Antártica. Esto subraya la necesidad de que exista un monitoreo constante durante todo el año y no solo en temporada estival.
Estos fenómenos son naturales, pero se considera que el cambio climático y el calentamiento global son factores clave que, potencialmente, contribuyen a la mayor frecuencia y severidad de estos eventos.
La lluvia en la Antártida es un fenómeno poco común, que se presenta principalmente en las zonas costeras y las islas durante el verano austral (de diciembre a febrero). Se estima que, en promedio, caen entre 200 y 400 milímetros de precipitación anual en estas áreas, siendo la mayor parte en forma de nieve.
¿Por qué es importante tener científicos en la Antártica?
La única manera de monitorear los efectos de este tipo de fenómenos es con observaciones in situ, ya que el evento hubiese pasado desapercibido de no contar con investigadores en el lugar. Y es que, según los investigadores, estos fenómenos en invierno tienen un impacto significativo en la región, y la recopilación de datos ayuda a comprender mejor los patrones climáticos y sus variaciones estacionales.
En específico, el artículo “Río atmosférico trae calor y lluvias al norte de la península Antártica durante el invierno austral de 2023″ fue publicado en la revista Geophysical Research Letters y participaron los investigadores Deniz Bozkurt y Jorge Carrasco (Universidad de Magallanes), Raúl Cordero y Francisco Fernandoy (Universidad Andrés Bello), Álvaro Gómez-Contreras (Universidad de Chile), Benjamín Carrillo (Universidad de Magallanes) y Bin Guan (Universidad de California).
- Estudiar el cambio climático: La Antártida es uno de los lugares más sensibles al cambio climático. Los científicos que trabajan allí pueden medir el aumento de la temperatura, el derretimiento del hielo, el aumento del nivel del mar y otros impactos del cambio climático. Esta información es crucial para comprender las causas y consecuencias del cambio climático y para desarrollar estrategias para mitigarlo.
- Investigar la atmósfera y el océano: La Antártida alberga una atmósfera y un océano únicos que son esenciales para el sistema climático global. Los científicos que trabajan allí estudian la composición de la atmósfera, la circulación oceánica y los procesos que interactúan entre ellos. Esta investigación nos ayuda a comprender cómo funciona el clima de la Tierra y cómo podría cambiar en el futuro.
- Explorar la biodiversidad: La Antártida alberga una gran variedad de especies únicas, muchas de las cuales se encuentran en ningún otro lugar de la Tierra. Los científicos que trabajan allí estudian la biodiversidad de la Antártida, cómo funcionan los ecosistemas antárticos y cómo se ven afectados por el cambio climático. Esta investigación es esencial para proteger la biodiversidad de la Antártida y para comprender los impactos del cambio climático en los ecosistemas.
- Estudiar la historia de la Tierra: La Antártida alberga un registro geológico único que se remonta a millones de años. Los científicos que trabajan allí estudian las capas de hielo, las rocas y los fósiles para comprender la historia de la Tierra, los cambios climáticos pasados y la evolución de la vida. Esta investigación nos ayuda a comprender el pasado de nuestro planeta y a predecir su futuro.