En un tiempo casi récord el servicio de internet satelital de Starlink derivado de SpaceX y que, por lo tanto, es una compañía más de Elon Musk, ha sido elogiado por su potencial para revolucionar el acceso la web en áreas remotas que antes eran simplemente imposible de conectar. Sin embargo, por desgracia, detrás del brillo deslumbrante de la innovación tecnológica, ha surgido evidencia preocupante sobre los posibles impactos negativos que tendría el despliegue de esta infraestructura. Entre ellas, una que podría afectar a la salud del planeta con el daño directo a la capa de ozono.
Cuando Elon inició su compañía, aprovechando cada vuelo posible de su agencia espacial privada, el pronóstico sobre su efectividad era en realidad muy reservado. Pero conforme ha avanzado el tiempo hemos comprobado que el negocio es relativamente factible y ha demostrado el genuino valor de su proyecto en las circunstancias menos esperadas para ser honestos.
Tal vez el modo más impactante en el que se ha dado a conocer la existencia de Starlink y su potencial real es con el conflicto armado entre Rusia y Ucrania, donde Elon ha usado sus satélites para mantener en línea las comunicaciones del país invadido, lo que ha resultado de gran ayuda para la población.
Pero no todo es tan inofensivo como aparenta.
Starlink tendría un impacto severo sobre la capa de ozono
Investigadores del Departamento de Ingeniería Astronáutica de la Universidad del Sur de California advierten que la gran cantidad de satélites Starlink que orbitan la Tierra podría liberar una serie considerable de óxidos de aluminio a la atmósfera. Mismos que a su vez podrían desencadenar reacciones químicas que destruyen el ozono de la capa protectora que nos defiende de la radiación ultravioleta (UV) del sol.
El estudio desarrollado por un grupo de científicos y publicado por AGU revela que la reentrada de satélites de la compañía de Elon Musk ya ha aumentado los niveles de aluminio en la atmósfera en un 29,5%. De modo que se estima que una vez que las constelaciones de satélites estén completas, la cantidad de óxidos de aluminio liberados anualmente aumentará a 397 toneladas, un 646% más que los niveles naturales:
“Los óxidos de aluminio provocan reacciones químicas que destruyen el ozono estratosférico, que protege a la Tierra de la dañina radiación ultravioleta. Los óxidos no reaccionan químicamente con las moléculas de ozono, sino que desencadenan reacciones destructivas entre el ozono y el cloro que agotan la capa de ozono.
Debido a que los óxidos de aluminio no son consumidos por estas reacciones químicas, pueden continuar destruyendo molécula tras molécula de ozono durante décadas a medida que descienden a través de la estratosfera”.
La capa de ozono es fundamental para la vida en la Tierra y su debilitamiento puede provocar un impacto severo en la salud de los humanos, con casos de cáncer de piel, cataratas y otros problemas de salud relacionados con la exposición excesiva a la radiación UV.
Pero qué alternativas hay si no es con Starlink
Bajo esa perspectiva, lo mejor para la capa de ozono sería no tener una red de satélites flotando allá arriba de manera permanente si es que fastidia tanto a la naturaleza y el entorno del planeta.
De hecho algunos expertos en telecomunicaciones señalan que la mejor manera de “cerrar la brecha digital” sería la implementación de redes de fibra óptica en zonas rurales, complementadas con 5G y conexión inalámbrica fija.
Es en teoría una idea que funcionaría, pero la construcción de redes de fibra de acceso abierto a ese nivel comunitario es una realidad que hoy por hoy se mantiene como una cosa completamente distante.
