Ciencia

Al fin sabemos cómo se construyeron las pirámides de Egipto: la tecnología de la NASA fue clave

No fueron los aliens. Tecnología satelital de la NASA resuelve cómo se construyeron las pirámides de Egipto y la respuesta es muy simple.

A lo largo de siglos enteros nos ha fascinado el misterio de la maravilla arquitectónica que constituyen las Pirámides de Egipto. De hecho algunas de las preguntas más recurrentes en torno a su existencia giran en torno al enigma de cómo fueron construidas, tomando en consideración que hoy en pleno siglo XXI supondría múltiples retos de logística que sólo serían más complicados hace miles de años.

Algunos hombres ilustres como Elon Musk han llegado a afirmar incluso, sin reparos, que estas obras en realidad fueron creaciones de entidades alienígenas. Ya que la concepción más generalizada es que no habría ninguna otra explicación factible sobre cómo pudieron ser armadas en las condiciones actuales de ese desierto.

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Pero una reciente tecnología satelital de la NASA acaba de convertirse en la herramienta clave para por fin comprender cómo pudo haberse creado todo. Y resulta que la respuesta es mucho más sencilla que lo que jamás imaginamos. Y no, no tiene relación con aliens.

Un río extinto sería la clave de cómo se construyeron las pirámides de Egipto

Contra toda pronóstico, resulta que un antiguo curso fluvial, un río extinto, llamado Rama Ahramat, cuya existencia pasada fue descubierta recientemente gracias a tecnología satelital de punta desarrollada en principio por la NASA, podría ser la pieza faltante para comprender cómo se construyeron las majestuosas pirámides de Giza.

Durante años, el enigma de cómo los antiguos egipcios transportaron millones de bloques de piedra caliza para erigir estas colosales estructuras había cautivado a científicos e historiadores. Existía incluso la teoría del Nilo como vía fluvial principal para el transporte de materiales, pero con los 8 kilómetros de distancia entre el río y las pirámides por lo general había quedado descartada.

Pero ahora, este nuevo descubrimiento realizado por la Dra. Eman Ghoneim y su equipo de la University of North Carolina at Wilmington, podría cambiar radicalmente nuestra comprensión de este proceso. Tal como recuenta la investigación publicada en la más reciente edición de la revista Nature, a través del uso de radares satelitales, análisis geofísicos y extracción de muestras de suelo profundo, los investigadores confirmaron la existencia de un antiguo río que fluía justo al lado de las pirámides de Giza.

Este río extinto, denominado como Rama Ahramat, que significa “camino de las pirámides” en árabe, se extendía a lo largo de 100 kilómetros y tenía una profundidad de hasta 8 metros, con un ancho promedio de 500 metros. Su curso fluía paralelo a las pirámides, desde el oasis de Faiyum en el sur hasta la meseta de Giza en el norte.

El río es la clave de las pirámides

La ubicación estratégica de Rama Ahramat, con sus desembocaduras orientadas hacia donde se posicionaban las calzadas de las pirámides, sugiere que esta formación de agua extinta habría sido la clave para la creación de las pirámides.

Es, en otras palabras, la pieza del rompecabezas que faltaba y que deja en claro que los extraterrestres no habrían sido responsables por esta maravilla arquitectónica.

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Después de todo la investigación se convierte en un claro ejemplo de cómo la ciencia puede ayudarnos a llegar a la explicación más sensata y factible. Aunque no sea obvia a simple vista.

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