La mítica leyenda de “Atlantis”, la ciudad perdida, tiene un competidor en China. Se trata de la misteriosa Shincheng, una metrópolis con 700 años de existencia que se encuentra sumergida en las profundidades del Lago Qiandao.
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Son muy pocos los afortunados que han logrado bajar para explorar sus calles y edificaciones. Sobre el relato de este reducido grupo de personas es que se pueden obtener las evidencias de lo que hay en el fondo del agua, en el este de China.
De acuerdo con una reseña de Yahoo, esta ciudad sumergida en el agua se encuentra en Chun’an, en la provincia de Zheijang. Sus casas, urbanizaciones, calles y edificaciones fueron tapadas por miles de galones del vital líquido a propósito, en 1959, debido a la construcción de una represa para abastecer del servicio de agua a una gran parte de la población del gigante de Asia.
Alrededor de 300.000 mil personas fueron desalojadas de sus casas y reubicadas en otras regiones de China, para poder ejecutar el plan de la represa que tapa a la misteriosa ciudad, que hoy se encuentra debajo del Lago Qiandao, que les mostramos en la imagen de abajo.
Este lago que hoy cubre a Shincheng es una de las maravillas de la humanidad, ya que cuenta con una enorme extensión sobre la que se posan más de 1.000 islas. El paisaje que representa este paisaje, que combina lo natural con lo artificial, convoca a millones de turistas.
Y aunque el paisaje de las miles de islas asombra, todos quieren ir a bucear para explorar algún misterio de Shincheng. No obstante, conseguir un permiso no es fácil. En primer lugar porque bajar hasta esta región es un reto que sólo los expertos pueden cumplir. Entonces, el gobierno se cuida mucho y pone múltiples trabas para dar permisos.
El relato de los expertos que la lograron explorar y de los científicos e historiadores que conocen del tema, describen que la ciudad tiene imponentes templos, murallas y edificaciones que la transforman en un tesoro de la humanidad debajo del agua. Dicen que se debió construir alrededor de años 1368-1644 o entre 1636 y 1644, durante las dinastías Ming y Qing, respectivamente.
Le decían la “Ciudad del León” y algunas de sus estructuras en la arquitectura lo presumía, con formaciones del rey de la selva en las entradas de sus edificios.