El centro o núcleo de la Tierra es uno de los lugares más misteriosos de nuestro planeta. Hasta ahora es prácticamente imposible saber a simple vista lo que hay en el lugar. Y ni siquiera con una máquina se ha podido llegar a ese nivel de profundidad.
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Una reseña de Bio Bio informa que lo máximo que se ha podido llegar, con excavaciones de máquinas (sin la presencia de humanos) son 12.2 kilómetros, una región muy lejana para cualquier persona y al mismo tiempo extremadamente distante del centro de la Tierra.
Entonces, cómo han hecho los científicos para tener tantos conocimientos sobre esta zona de nuestro planeta. Saben lo que hay en el núcleo gracias a las ondas sísmicas.
Estos son fenómenos que, como su misma frase lo dice, son generadas por terremotos o explosiones que provocan movimientos telúricos. Atraviesan la Tierra y se modifican al pasar por diferentes capas. Estos datos se estudian para determinar la composición, densidad y temperatura de cada capa.
Con un tipo de ondas llamadas P (por primarias) se conoce la longitud de la profundidad alcanzada y con otras ondas llamadas S (por secundarias) se estudian las transversales. Las primeras atraviesan capas y las segundas líquido.
Otro método muy utilizado es el de los minerales que se obtienen de los análisis de las rocas volcánicas y meteoritos que contienen material del núcleo terrestre.
Los expertos señalan que los diamantes, por ejemplo, pueden contener inclusiones de minerales que se formaron a grandes profundidades.