Científicos han encontrado las evidencias más antiguas de la vida fósil en nuestro planeta. Con una antigüedad calculada de unos 3.500 millones de años, los expertos detectan un ecosistema de agua en las lagunas del Puna de Atacama, un altiplano en el que resulta imposible vivir, a unos 4.500 metros de altura, en el norte de Argentina.
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“Es único en el mundo”, dijo uno de los científicos encargados de la investigación, en entrevista con el sitio web de la BBC Mundo. El hallazgo es obra de un geólogo llamado Brian Hynek, de la Universidad de Colorado y una microbióloga argentina llamada María Farías.
Ambos dirigieron una investigación en la que se analizaron datos de imágenes satelitales de la NASA. Los focos de las naves que orbitan la Tierra capturaron las lagunas, con sorprendentes aguas cristalinas, en el altiplano de Salta, una región de Argentina que colinda con Bolivia por el norte y con Chile por el este.
Hallaron una red acuífera en plena zona, que aunque está en la altura, es considerada como una región desértica. Tras observar las imágenes por satélites, el equipo visitó las montañas y se encontró con una docena de lagunas de agua clara y extremadamente saladas. Informa BBC Mundo que en el fondo habían montículos verdes de estromatolitos.
Se le conoce con este nombre a una especie de rocas vivientes o arrecifes microbianos. La teoría dicen que se forman a partir de granos minerales que se van adhiriendo unos a los otros en conglomerados de bacterias. En concreto, representan la vida fósil más antigua encontrada por los seres humanos. Se calcula que estas formaciones tienen, cuanto menos, 3.500 millones de años: la Tierra, para que se hagan una idea, tiene 4.500 millones de años.
Estos hallazgos confirmarían que esta red de lagunas siempre recibió energía del Sol y gracias a su interacción con la estrella masiva se produjo oxígeno que se propagó por nuestra atmósfera en un aproximado del 20%. En pocas palabras: estas lagunas fueron responsables de que la vida tal y como la conocemos, se desarrollara en nuestro planeta.
En los inicios de nuestro mundo no había oxígeno o capa de ozono que nos protegiera. Entonces, “bajo esas condiciones surgen las primeras formas de vida que son protobacterias: bacterias que se asocian y forman colonias”, dijo María Farías, coautora del informe.
Explica que ese ecosistema de bacterias inicia el proceso de captación de dióxido de carbono. “Una parte de este dióxido de carbono se transforma en materia orgánica y otra se transforma en bicarbonato de calcio que forma una especie de rocas vivas y que es lo que conocemos como estromatolitos. Son los primeros registros fósiles que hay en el planeta”, señaló Farías.