En un emocionante avance científico, los investigadores están utilizando la inteligencia artificial (IA) para desentrañar el misterioso lenguaje de los murciélagos y las abejas. Este innovador campo de estudio, conocido como bioacústica digital, está arrojando luz sobre cómo estos animales se comunican entre sí, desafiando nuestras percepciones tradicionales de la comunicación entre especies.
Como explica Computer Hoy, la bioacústica digital se basa en el uso de grabadores de campo portátiles que funcionan como micrófonos miniaturizados y pueden ser estratégicamente ubicados en diversas locaciones, desde copas de árboles hasta el dorso de ballenas y aves.
A través de la combinación de estos dispositivos con algoritmos de procesamiento de lenguaje natural, similares a los utilizados por aplicaciones como Google Translate, los científicos están comenzando a desentrañar el enigmático lenguaje de los animales.
Estos dispositivos registran continuamente el sonido las 24 horas del día, generando enormes cantidades de datos. Posteriormente, los investigadores aplican algoritmos de inteligencia artificial para detectar patrones en estas grabaciones, lo que les permite iniciar el proceso de descifrar lo que los animales podrían estar comunicando.
Algunos avances
Un ejemplo destacado proviene de la investigación de las abejas melíferas. Estas abejas utilizan sonidos y movimientos corporales para comunicarse entre sí. Los científicos han identificado señales específicas que indican mensajes diferentes, como peligro o información sobre la ubicación del néctar.
Lo que hace que este avance sea aún más emocionante es la creación de un “Robobee”, un robot diseñado para interactuar con abejas reales. Este avance, que podría parecer sacado de la ciencia ficción, es una realidad y abre nuevas posibilidades en la investigación de la comunicación inter-especies.
Otro hallazgo particularmente intrigante es que las madres murciélagos emplean su propia versión del lenguaje al comunicarse con sus crías, modificando el tono de sus vocalizaciones. Esta estrategia parece ayudar a los murciélagos jóvenes a aprender palabras específicas o sonidos de referencia.
También hay un ejemplo fascinante: el estudio de los murciélagos egipcios de la fruta. El investigador Yossi Yovel llevó a cabo una extensa investigación, utilizando un programa de reconocimiento de voz adaptado y analizó más de 15.000 sonidos registrados, lo que permitió identificar sonidos específicos relacionados con interacciones sociales, como peleas por comida o disputas por lugares para descansar.
Este estudio, junto con investigaciones relacionadas, ha revelado que pueden distinguir entre sexos al comunicarse y utilizan dialectos regionales. Incluso mantienen un tipo de distanciamiento social cuando están enfermos.
