Hace varios meses se viralizó una imagen del Papa Francisco de pie y vestido con una moderna chaqueta contra el frío. Era una imagen producida por Inteligencia Artificial, que desconcertó a muchos sobre todo porque en ese entonces el pontífice se encontraba con problemas de salud.
Recientemente, el Papa subrayó su preocupación por la Inteligencia Artificial, pidiendo encarecidamente responsabilidad. Lo hizo durante un mensaje para la próxima Jornada Mundial de la Paz de la Iglesia Católica, que será dedicada a la tecnología.
El argentino Jorge Bergoglio, que asumió bajo el nombre de Francisco la alta jerarquía de la Iglesia Católica en 2013, reiteró su advertencia sobre “las posibilidades disruptivas y los efectos ambivalentes” de la IA en nuestras vidas.
“La urgente necesidad de orientar el concepto y uso de la Inteligencia Artificial de manera responsable, para que esté al servicio de la humanidad y la protección de nuestra casa común, exige que la reflexión ética se extienda al ámbito de la educación y el derecho”, afirmó el Sumo Pontífice.
La Inteligencia Artificial y el enfoque de la Iglesia Católica bajo el Papa Francisco
La Jornada Mundial de la Paz, que se celebra desde 1967 cada 1 de enero, tendrá por tema la Inteligencia Artificial y la Paz, por decisión del Papa Francisco anunciada en la primera semana de agosto.
La de 2022 se dedicó a la educación, el trabajo y el diálogo; mientras que la de 2023 apuntó al recomienzo desde el COVID-19 para trazar juntos caminos de paz. El auge de la Inteligencia Artificial en lo que va de año lleva al Vaticano a enfocarse en la tecnología.
El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, a través del que se hizo el anuncio, reconoció los progresos realizados en el campo de la tecnología y su influencia sobre la actividad humana, la vida personal y social, la política y la economía.
Pero la Santa Sede también recordó la necesidad de “estar vigilantes y trabajar para que en la producción y uso de estos dispositivos no arraigue una lógica de violencia y discriminación, a costa de los más frágiles y excluidos, ya que la injusticia y la desigualdad también alimentan conflictos y antagonismos”.