Oppenheimer tuvo su primer fin de semana en cines con un relativo éxito de taquilla y uno enorme en las críticas. La vida de J. Robert Oppenheimer, el creador de la bomba atómica, fue llevada a la gran pantalla por Christopher Nolan, y para muchos es una advertencia al mundo sobre la Inteligencia Artificial.
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Para muchos, incluyendo al mismo Nolan.
El inglés habló en una entrevista con la AFP sobre el tema. “Los investigadores de Inteligencia Artificial se refieren al momento presente como un ‘momento Oppenheimer”, dijo Nolan, apuntando a las primeras pruebas atómicas, antes del lanzamiento definitivo sobre Japón en 1945.
Los expertos “miran su historia para obtener alguna orientación sobre cuál es su responsabilidad, sobre qué deberían estar haciendo. Pero no creo que ofrezca respuestas fáciles. Es una advertencia. Muestra los peligros”, agregó el cineasta.
Oppenheimer lideró el Proyecto Manhattan para el desarrollo de la bomba atómica en la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos buscaba adelantarse a la Alemania Nazi, que finalmente se rindió antes de su lanzamiento.
Los norteamericanos bombardearon a Japón dos veces con la creación de Oppenheimer: en Hiroshima y Nagasaki, en agosto de 1945, dejando cientos de miles de muertos e incalculables efectos sobre la salud de los supervivientes y sus descendientes.
Volviendo a la comparación entre la Inteligencia Artificial y la bomba atómica, Nolan señaló que “la aparición de nuevas tecnologías suele ir acompañada de una sensación de temor sobre a dónde podría conducir”.
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La comercialización de la Inteligencia Artificial hace más peligrosa la tecnología
Con Nolan coincide Drake Bennett, analista de Bloomberg. “La IA, como las armas nucleares, es una tecnología que presenta riesgos potenciales para toda la especie. Pero la historia nuclear sugiere la dificultad de frenar el avance tecnológico”.
“Algunos de los mismos argumentos a los que se enfrentó Oppenheimer persisten hoy”, señala Bennett. “Especialmente este: que si no lo hacemos nosotros, alguien más lo hará”.
Para Bennett, la gran diferencia es que, mientras las armas nucleares solo podían ser creadas por los gobiernos, la tecnología de la Inteligencia Artificial se está volviendo cada vez más comercial. “Las decisiones tomadas por los gobiernos y las empresas tecnológicas más grandes del mundo”, agrega el columnista, “pueden no importar tanto si los actores deshonestos pueden impulsar la tecnología por su cuenta”.
La IA deben estar lejos de las armas nucleares, dice biógrafo de Oppenheimer
Otro que puso su visión sobre la IA fue Kai Bird, autor de American Prometheus. En este best seller se basó Nolan para la película Oppenheimer.
El escritor se enfocó sobre todo en la idea de que la IA pueda trabajar directamente con armas nucleares. Para Bird, la tecnología es “demasiado peligrosa para jugar con ella”, apoyando el intento de ley de su país para prohibirla en lanzamientos nucleares.
“Los humanos siempre deben mantener el control exclusivo sobre las armas nucleares. Esta tecnología es demasiado peligrosa para jugar con ella. Este proyecto de ley enviará una poderosa señal al mundo de que Estados Unidos nunca dará el paso imprudente de automatizar nuestro comando y control nuclear”, apuntó Bird en un comunicado difundido por Político.
