“Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, diría el Tío Ben a Peter Parker en Spider-Man. Y es exactamente por lo que está pasando OpenAI, la empresa que creó a la exitosa Inteligencia Artificial ChatGPT.
La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos inició una investigación sobre la compañía fundada por Sam Altman, basado en posibles violaciones a leyes de privacidad del consumidor.
De acuerdo con la FTC (por sus siglas en inglés), OpenAI estaría poniendo en riesgo datos personales y reputaciones de usuarios de la IA. La revelación fue realizada por The Washington Post.
El organismo gubernamental norteamericano envió a la empresa de Altman un documento de 20 páginas, exigiendo registros de cómo se abordan los riesgos. Pone de ejemplo un error que filtró el pago de los usuarios de ChatGPT y el historial de chat.
También está solicitando información sobre quejas relacionadas con la Inteligencia Artificial, específicamente por sus declaraciones “falsas o maliciosas sobre personas”.
Finalmente, la Comisión Federal de Comercio quiere datos de OpenAI que muestren la comprensión de las personas sobre el producto que están usando y su potencial para generar información falsa o engañosa.
Siguen apareciendo regulaciones para las empresas de Inteligencia Artificial, más allá de OpenAI
ChatGPT se convirtió en el último año en la Inteligencia Artificial generativa de texto más exitosa del mundo, con varias compañías buscando repetir o superar su labor.
Sin embargo, al ver este tipo de situaciones, también se revela que las autoridades de cada país trabajarán más y más para proteger a sus ciudadanos frente a posibles daños.
Sam Altman testificó voluntariamente en 2023 ante el Congreso de Estados Unidos, explicando cómo funciona la aplicación de Inteligencia Artificial. También se reunió con el presidente de la nación, Joe Biden, y la vicepresidenta Kamala Harris.
Los gobiernos del mundo están buscando regular a las empresas de Inteligencia Artificial, pero a la vez quieren impulsarlas para ganar la carrera frente a otros países.
Es el caso de China el más resaltante, pero no el único: la Unión Europea y Estados Unidos publicarán dentro de poco un reglamento para la conducta de las compañías desarrolladoras de Inteligencia Artificial.