Así como busca aumentar los viajes espaciales, China también quiere explorar el interior de la Tierra. Para esto último, el país perfora un pozo de 11 kilómetros de profundidad, penetrando más de 10 estratos continentales.
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¿Cuál es el objetivo de China? Alcanzar el sistema cretáceo en la corteza terrestre, una serie de rocas estratificadas de 145 millones de años de antigüedad, para obtener datos de cara a la investigación geocientífica.
El proyecto, ubicado en el desierto de la cuenca Tarim (Xinjiang, noroccidente de China), se completaría en 457 días.
“Perforar un pozo de más de 10.000 metros de profundidad es un intento audaz de explorar el territorio desconocido de la Tierra y expandir los límites del entendimiento humano”, afirmó Wang Chunsheng, experto técnico que se unió a la labor, citado por la agencia de noticias Xinhua.
Y contra lo que muchos puedan pensar, no es el pozo más profundo del mundo creado por un ser humano: este récord lo tiene el pozo de Kola, en el noroeste de Rusia, con 12.2 kilómetros.
Las dificultades en la excavación del pozo de China
A cargo de la perforación se encuentra la Corporación Nacional de Petróleo de China, principal productor de petróleo y gas de la nación asiática.
Sun Jinsheng, científico de la Academia de Ingeniería de China, explicó los pormenores del desafío nacional.
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“La dificultad de construcción del proyecto de perforación se puede comparar con la conducción de un camión grande sobre dos cables de acero delgados”, afirmó el ingeniero.
La corporación petrolífera instaló un equipo de más de 2 mil toneladas, construido para soportar temperaturas subterráneas de hasta 200 grados centígrados y una presión atmosférica 1.300 veces mayor.
“Además de las condiciones extremas en las profundidades de la superficie, el duro entorno del suelo de la cuenca del Tarim, hogar del desierto más cálido y seco de China, se suma al desafío”, señala The Guardian.