Las personas que intentan perder peso a menudo reducen las calorías consumiendo bebidas dietéticas, golosinas endulzadas artificialmente y otros productos que contienen azúcares sustitutos. Pero según una nueva evaluación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), esos edulcorantes artificiales no parecen efectivos para controlar el peso y, lo que es peor, parecen aumentar los riesgos a largo plazo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares e incluso la muerte.
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De acuerdo con Ars Technica, en una guía publicada el lunes, la OMS recomendó no usar edulcorantes artificiales para controlar el peso o intentar mejorar la salud en general.
La recomendación se aplica a niños y adultos sanos, pero no está destinada a personas con diabetes preexistente, que aún pueden beneficiarse del uso de edulcorantes artificiales.
Francesco Branca, director de Nutrición y Seguridad Alimentaria de la OMS, indicó: “Reemplazar los azúcares libres con edulcorantes sin azúcar no ayuda a controlar el peso a largo plazo. Las personas deben considerar otras formas de reducir el consumo de azúcares libres, como consumir alimentos con azúcares naturales, como frutas o alimentos sin azúcar y bebidas. Las personas deben reducir por completo la dulzura de la dieta, comenzando temprano en la vida, para mejorar su salud”.
El estudio definitivo de la OMS
Para una mirada más extensa a los efectos del uso de edulcorantes artificiales, incluyendo sacarina, aspartamo, acesulfamo de potasio, sucralosa, neotamo, advantame, stevia, y derivados de la stevia, los expertos recurrieron a estudios prospectivos de cohortes, que rastrearon los resultados de salud durante al menos dos años a más de 30 años.
En conjunto, estos estudios encontraron que un mayor uso de edulcorantes artificiales estaba relacionado con una incidencia de obesidad un 76 % mayor.
Con respecto a la diabetes tipo 2, las personas tenían un riesgo 23 % mayor si consumían los edulcorantes en las bebidas y un riesgo 34 % mayor si tenían una versión envasada de edulcorantes artificiales que agregaban a los alimentos y bebidas. Las personas con un mayor uso de edulcorantes también tenían un 32 % más de riesgo de enfermedad cardiovascular, incluidos accidentes cerebrovasculares (19 % más de riesgo) e hipertensión (13 % más de riesgo).
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Por último, una mayor ingesta de edulcorantes artificiales se relacionó con un 10 % más de riesgo de muerte por cualquier causa y un 19 % más de riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares (pero no hubo un mayor riesgo asociado con las muertes por cáncer).
Con todos los hallazgos, los expertos recomendaron no usar edulcorantes: “La falta de evidencia que sugiera que el uso de edulcorantes es beneficioso para el peso corporal u otras medidas de la grasa corporal a largo plazo, junto con posibles efectos indeseables a largo plazo en forma de un mayor riesgo de enfermedad no transmisible y la muerte, superaron cualquier posible efecto a corto plazo en la salud resultante de las pequeñas reducciones en el peso corporal”.