Tras la Segunda Guerra Mundial, Londres comenzó su reconstrucción. Bombardeada sin misericordia por los nazis, la capital inglesa fue una de las grandes mártires del conflicto. Pero pocos años después sufriría un nuevo episodio de terror.
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Se le llamó el Gran smog. Durante cinco días, la ciudad estuvo asfixiada por una niebla que dejó miles de muertos y cientos de miles de personas enfermas por problemas respiratorios.
Inglaterra vivió desde el siglo XIX luchando contra problemas ambientales, desde el apestoso olor del Támesis hasta la niebla verdosa que emanaba de fábricas y estufas de calefacción, como bien lo recuerda Erin Blakemore para National Geographic.
La nación, cuna de la Revolución Industrial, fue la primera víctima principal del Cambio Climático en aquel entonces.
El carbón como impulsor del Gran smog de Londres
El uso del carbón para calentar los hogares se hizo mayor con el paso del tiempo, sin regulación alguna. Y mientras peor era el invierno, más se utilizaba la negra roca sedimentaria para la protección.
Pero el invierno de 1952 resultó terrible, y se mezclaron las condiciones de los londinenses post guerra, con hambre y mala nutrición, con el frío y el exceso de smog por el carbón.
Según narran las crónicas, desde el 5 de diciembre de ese año comenzaron a sentirse los efectos. Por inversión térmica, las bajas temperaturas condensaron el vapor de agua en el aire y lo convirtieron en niebla.
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La emisión de humo por las chimeneas aumentaba, con el dióxido de azufre atrapado en la atmósfera.
Muerte en la capital de Inglaterra
El caos se desató en las calles, pues nadie podía ver por dónde caminaba, y los problemas respiratorios iban en aumento.
En cinco días murieron tres mil personas, según los registros del gobierno conservador británico en el poder. Pero según investigaciones de 2012 hubo más de 12 mil muertes, además de efectos tremendos sobre la salud de los que sobrevivieron.
El portal oficial del gobierno de Londres ofrece datos contundentes: “Durante el período del Gran smog, las concentraciones promedio diarias de dióxido de azufre estuvieron en el rango de 3 mil a 4 mil microgramos por metros cúbicos durante tres días consecutivos. La directriz actual de calidad del aire de la OMS es de 40 microgramos por metros cúbicos”.
Como destaca la Enciclopedia Británica, las autoridades, “lentas para actuar al principio”, finalmente aprobaron la Ley de Aire Limpio. Lo hicieron apenas en 1956, estableciendo áreas libres de humo en Londres y restringiendo la quema de carbón en domicilios y hornos industriales.