Ciencia

La guerra contra los pedos de vaca: ¿cómo trabajan la industria y los gobiernos para reducir su metano?

Los gases de los pedos de vaca, hasta sus eructos, son peligrosos para el cambio climático.

El mismísimo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se refirió a ellos. Al menos dos cumbres globales tocaron su tema. Y aunque parezca una excentricidad, la guerra contra los pedos de vaca está en la agenda mundial.

La expulsión de metano en cada pedo de vaca, también en los eructos, tiene una influencia importante en el cambio climático. Según datos de las Naciones Unidas citados por Reuters, conforman el 15% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero cada año.

Así, los gobiernos del mundo muestran su preocupación con esta emisión vacuna, por llamarla de alguna forma.

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El metano es un gas que nace de la descomposición de la materia orgánica. Incoloro, inflamable y no tóxico, puede encontrarse en el gas del petróleo, el de las turberas, del grisú de las minas de carbón y, claro, de los pedos y eructos de las vacas.

Su potencia es 80 veces mayor que la del dióxido de carbono, atrapando el calor en la atmósfera en los primeros 20 años después de su liberación.

Biden expresó, aunque sin referirse directamente a los pedos de las vacas, en la COP26: “El metano es uno de los gases de efecto invernadero más potentes que existen”. De allí a que los norteamericanos, junto con otros 100 países, suscribieron el Compromiso Global de Metano.

Su objetivo es la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero nocivos en, al menos, un 30% desde los niveles de 2020 para 2030.

Las medidas de la industria y los gobiernos para reducir el metano en los pedos de vaca

Pero, ¿qué está haciendo la industria ganadera, de la mano de los gobiernos, para reducir el metano en los pedos y eructos de las vacas?

El primer paso es el intento de poner límites en las granjas de al menos 27 países. En otras palabras, reducir la cantidad de ganado.

De acuerdo con Reuters, en Nueva Zelanda, donde la agricultura genera más de la mitad de los gases nocivos del país, el gobierno buscó gravar a los ganaderos por la cantidad de animales que crían, los fertilizantes y la eficiencia energética.

Hay otras medidas. Rumin8, una empresa apoyada por Bill Gates, está desarrollando un alimento a base de algas marinas para que las vacas las consuman.

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Un estudio de 2021 indica que, al darles a las vacas pequeñas cantidades de algas marinas por varios meses, sus emisiones de metano se redujeron más del 80%.

Para ello, Rumin8 trabaja con un aditivo para piensos a partir de la asparagopsis, un ingrediente bioactivo presente en las algas rojas.

Una medida más es la de la consumición de alimentos que no sean producto de las vacas, como carne o leche sintética. Impulsar esto parece mucho más difícil, pero crear conciencia entre la población sobre la gravedad del metano puede ayudar en algo.

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