Los Objetos Voladores No Identificados (OVNIS) son cosa del pasado, el nombre actual utilizado por el Pentágono y la NASA para referirse a estas historias es el de Fenómenos Aéreos No Identificados (FANI).
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Pero en toda circunstancia se refiere a lo mismo: un registro de algún caso aparentemente inexplicable en el terreno aéreo que es investigado por esta autoridad militar.
En muchas de las ocasiones la entidad termina publicando reportes que terminan aclarando la realidad de todo lo observado y notificado por la población.
Donde no se trata de OVNIS, alienígenas, ni nada por el estilo, sino globos, drones, aviones u otros objetos definitivamente terrestres.
Pero en algunas ocasiones, el Pentágono simplemente no puede concluir qué fue lo que realmente sucedió, ni qué fue lo que vieron quienes compartieron el reporte del FANI.
Esto abre la especulación a que esos casos efectivamente se traten de OVNIS o extraterrestres, lo que casi siempre se limita a un número relativamente bajo de reportes.
La cuestión es que este 2022 la autoridad no pudo explicar cerca de la mitad de los casos investigados por ellos mismos.
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2022: el año que el Pentágono no pudo explicar la mitad de reportes de FANI
El Gobierno de Estados Unidos ha desclasificado un reporte que compila las estadísticas generales de casos FANI registrados a lo largo del 2022. El informe de 11 páginas es presentado por la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI) y ahí revela que el Pentágono ha catalogado un total de 510 informes de presuntos avistamientos de Objetos Voladores No Identificados (OVNIS), o Fenómenos Aéreos No Identificados (FANI).
La mayoría de estos casos fueron presentados por personal militar y un total de 366 de esos registros se realizaron este pasado año 2022, mientras que los 144 restantes se identificaron en un informe anterior que recopila reportes documentados entre 2004 y 2017.
El punto inquietante aquí es que de los 366 casos abiertos el año pasado, sólo 195 se han resuelto con explicaciones obvias: globos aerostáticos, drones civiles y de vigilancia, bolsas de plástico, aves, etc.
Pero hubo un total de 171 casos que tuvieron que ser categorizados como “sin caracterizar ni atribuir”, debido a la falta de datos para concluir de qué se trataba realmente el FANI.
En algunos de estos reportes se describiría incluso que los objetos se movían de manera inusual o inexplicable, por lo que siguen bajo investigación.
Todo a l par que el informe se niega a señalar explícitamente que podría tratarse de tecnología fuera de este mundo, literalmente.