Ciencia

Estudiante de 21 años desarrolló un ingenioso inodoro que funciona sin agua: así es Sandi

Un estudiante de 21 años que va por el tercer año de arquitectura en la Universidad de Dundee, en Escocia, se le ocurrió crear a Sandi.

Ante la permanente crisis del servicio de agua potable que existen en países tercermundistas o de África, a Archie Read, un estudiante de 21 años que va por el tercer año de arquitectura en la Universidad de Dundee, en Escocia, se le ocurrió crear a Sandi, un ingenioso inodoro que funciona sin agua.

El joven pasó dos años realizando sus prácticas profesionales en una empresa de saneamiento en el continente africano, conociendo países como Kenia y Madagascar, este último el que lo motivó a desarrollar el retrete.

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De acuerdo con un informe publicado en el sitio web de El Español, el futuro arquitecto se dio cuenta que, para zonas como las que conoció en Madagascar con problemas de agua potable, era necesario proporcionar inodoros sin agua.

La clave estuvo en la arena

En contra de su objetivo, Read tenía el sexto Objetivo de Desarrollo Sostenible de la Organización de Naciones Unidas (ONU), “Agua limpia y sanamiento”, que exige ciertos requisitos para que se cumplan los niveles sanitarios requeridos.

Tomando en cuenta el contexto en África, primeramente, el inodoro debía ser barato a la hora de su fabricación. Por otro lado, tenía que garantizar tener la capacidad de tratar la caca y la orina de un hogar, por ejemplo, compuesto por siete adultos durante dos días o tres kilos de residuos sólidos y 30 litros de líquidos.

Luego de trazar el objetivo, llegó el ingenio. ¿Cómo sustituir el agua? Pues con arena. El cambio de material también implicó un cambio de sistema: Sandi consiste en un sistema de descarga mecánica mediante una cinta transportadora básica que traslada los residuos del propio inodoro al depósito situado debajo del cuerpo del retrete.

De esta manera, el usuario rellena el cuerpo con arena y la empuja hasta que esta se desplace hacia la taza. Una vez esté llena, se pueden hacer las necesidades. Además, el arquitecto planea añadirle un divisor para separar las heces de la orina, lo que permitiría tratar cada tipo de residuo.

Archie Read explicó que el Sandi podría costar hasta 72 dólares y espera aliarse con organizaciones gubernamentales para la comercialización de este inodoro que puede ayudar a países como Madagascar.

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