¿Por qué es fascinante que un camarón haya sobrevivido en la Tierra durante más de 250 millones de años? Porque esto lo convierte en la especie más antigua que haya vivido en nuestro planeta de forma ininterrumpida. Hablamos del Triops cancriformis.
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De acuerdo con un informe publicado en el sitio web de Nat Geo en español, esta especie es conocida como “fósiles vivientes”, porque brindan información sobre formas de vida primitivas que habitaron la Tierra en un pasado remoto.
El Triops cancriformis, según Naturalista, es un crustáceo branquiópodo perteneciente al orden de los notostráceos. Se les considera la especia más antigua con vida en el planeta porque datan del periodo Triácico, hace unos 250 millones de años.
Curiosamente, esta especie sobrevivió al asteroide Chicxulub que acabó con el 70 por ciento de las formas de vida prehistóricas que existían hace 66 millones de años.
El camarón “tortuguita” o “tortugueta”
Este camaroncito, que puede ser observado en las costas de Ecuador, recibe apodos cariñosos como “tortuguita” o “tortugueta”. En otros países latinos lo llaman camarón escudo por su coraza natural que protege sus vísceras y conserva una estructura similar a los trilobites, una especie de crustáceo prehistórico.
Estos camarones se caracterizan por tener cuerpos como palas, que son perfectos para cavar en el fondo de las piscinas temporales que habitan.
Guinness World Records reconoció a la especie como la más antigua que persiste hasta nuestros días. Su diseño biológico le ha garantizado la subsistencia por mucho más tiempo que cualquier otro animal que haya pisado la Tierra.
Con el paso del tiempo, el cuerpo de los camarones se ha modificado. La distribución de sus órganos y articulaciones se ha adaptado lentamente, según las necesidades de cada época, siendo sobrevivientes a los diferentes cambios climáticos que ha afrontado el planeta.