La protección de las deidades se ha buscado en la historia de la humanidad: la idea es que algún ser superior nos cuida de cualquier mal. En el antiguo Egipto se iría incluso más allá, con mujeres que se tatuaban símbolos de dioses para protegerse durante la maternidad.
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Anne Austin y Marie-Lys Arnette, investigadoras francesas, descubrieron seis momias de mujeres con tatuajes, publicando sus hallazgos en el Journal of Egyptian Archaeology.
Los descubrimientos se realizaron en Deir el-Medina, en la orilla occidental del Nilo, frente al sitio arqueológico de Luxor.
“Puede ser raro y difícil encontrar evidencia de tatuajes, porque necesitas encontrar piel preservada y expuesta”, indicó Austin al portal Words Side Kick, citado por Live Science.
“Dado que nunca desenvolveríamos a las personas momificadas, nuestras únicas posibilidades de encontrar tatuajes son cuando los saqueadores han dejado la piel expuesta y todavía está presente para nosotros, milenios después de la muerte de una persona”.
¿Qué hallaron las arqueólogas en las momias con tatuajes de Deir el-Medina, Egipto?
Algunos de los restos incluían el hueso izquierdo de la cadera de una mujer de mediana edad. En la piel preservada, se veían patrones de coloración negra, creando una imagen que, de ser simétrica, corría a lo largo de la parte baja de la espalda de la mujer.
Es la representación del dios Bes y un cuenco, que son imágenes relacionadas con el ritual de purificación durante las semanas posteriores al parto.
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Bes era el dios que defendía todo lo bueno, protegiendo a los hogares y niños de cualquier mal. Estaba vinculado, además, con el amor y el placer sexual.
Otro de los tatuajes es de otra mujer de mediana edad, y es un wedjat, u Ojo de Horus, además de una posible imagen de Bes con una corona de plumas.
Pero no solo vieron restos de personas, sino también figurillas de arcilla que representaban cuerpos de mujeres. Las imágenes mostraban tatuajes en la parte inferior de la espalda y la parte superior de los muslos.
Austin señala que los tatuajes en los restos hallados en Deir el-Medina, Egipto, son mucho más comunes de lo pensado. La meta está en saber si es solo una tradición de la zona o es de la civilización egipcia en general.