Las construcciones de la civilización maya siempre se ha caracterizado por estar rodeado por una aureola de misterio.
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A lo largo de los años, diversos grupos de científicos se han propuesto interpretar la cultura de esta civilización que se desarrolló en México, en Guatemala, Belice, parte de Honduras y El Salvador.
El historiador Joshua Sokol, publicó un artículo en la prestigiosa revista Science, donde abordó el motivo por el cual las construcciones de los mayas están perfectamente alineados con las estrellas.
Los mayas y su sintonía con el cosmos
A partir de análisis extensos de las ciudades que quedaron sepultadas debajo de la selva, se ha identificado que “vastos complejos ceremoniales […] parecen estar orientados a fenómenos astronómicos”, explica Sokol.
Es importante resaltar que mucha evidencia quedó sepultada en la selva debido a la presión colonizadora del siglo XV, que destruyeron gran parte de los conocimiento ancestrales.
No obstante, diversas investigaciones han descubierto que la vida cotidiana de estas civilizaciones vinculada con los movimientos de los astros a través de a bóveda celeste.
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“La evidencia arqueológica sugiere que entre hace 2000 o 3000 años, las comunidades mayas adoptaron un conjunto de conceptos matemáticos vinculados a eventos celestiales y otros patrones repetitivos que influyeron en los rituales personales y la vida pública, y eventualmente se convirtieron en un sistema intrincado y entrelazado”, señala el autor del texto.
Añade: “alrededor de este tiempo, los primeros mayas también inventaron un calendario solar de un año de duración que habría sido útil para tareas estacionales como plantar maíz. Hace 2000 años, habían comenzado a rastrear un tercer calendario llamado Cuenta Larga, un registro acumulativo y continuo de días transcurridos desde la supuesta fecha cero del calendario en 3114 a.C.C. Esto habría permitido a los escribas mayas escanear a través de siglos de eventos históricos en el suelo y en el cielo”.
La motivación de los mayas en sus construcciones, era su engranaje con un sistema más grande que ellos mismos buscaban comprender.
Los movimientos del Sol, la Luna y Marte con fueron registrados por estas civilizaciones con algoritmos sofisticados que luego plasmaron en sus edificios para alinearlos con amaneceres específicos , los equinoccios y otros eventos astronómicos.
