Investigadores de la Universidad Estatal de Iowa, en Estados Unidos, encontraron en un estudio que hacer ejercicios después de recibir la vacuna contra el COVID-19 o simplemente luego de una gripe puede aumentar la respuesta de anticuerpos.
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Los expertos concluyeron que noventa minutos de ejercicio ligero y pasando al moderado pueden ser suficientes para aumentar los anticuerpos que neutralizan los virus.
El estudio, publicado en Brain, Behavior and Immunity y citado en el sitio web de United Press International, consistió en analizar el efecto de 90 minutos de caminata al aire libre, trote, andar en bicicleta estática u otro ejercicio aeróbico después de dos tipos diferentes de vacunas, contra la influenza o la vacuna COVID-19 de Pfizer-BioNTech.
Los investigadores asignaron a un grupo a hacer 90 minutos de ejercicio inmediatamente después de la inmunización y a otro grupo a evitar el ejercicio y continuar con su rutina diaria, de reposo o recuperación post vacuna.
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Los detalles del estudio
Los académicos de Iowa State encontraron una mayor respuesta de anticuerpos en las siguientes cuatro semanas en los participantes que hicieron los 90 minutos de ejercicio, en comparación con los que se les recomendó no hacer ejercicio el primer día de la vacunación.
También encontraron resultados similares con ratones que corrían en cintas de correr para complementar las conclusiones. El experimento también indicó que un tipo de proteína producida durante el ejercicio ayuda a generar anticuerpos y células T, específicos del virus.
Durante los 90 minutos de ejercicio, los investigadores pidieron a los participantes que se concentraran en mantener un ritmo que mantuviera su frecuencia cardíaca entre 120 y 140 latidos por minuto.
También probaron si tendrían el mismo resultado con 45 minutos de ejercicio, pero descubrieron que no era suficiente.
Los beneficios del ejercicio
Marian Kohut, autora principal del estudio y profesora de kinesiología de la referida universidad, explicó: “Nuestros resultados preliminares son los primeros en demostrar que una cantidad específica de tiempo puede mejorar la respuesta de anticuerpos del cuerpo a la vacuna Pfizer-BioNtech de COVID-19 y dos vacunas contra la influenza”.
Los investigadores argumentaron que los 90 minutos de ejercicio posteriores a la inmunización beneficiaron a las personas en varios niveles de condición física, y destacaron que la mitad de las personas en el estudio tenían sobrepeso u obesidad.
Kohut concluyó asegurando que el equipo que encabeza podría realizar un estudio de seguimiento para determinar si 60 minutos de ejercicio son suficientes.
La investigadora principal añadió que hacer ejercicio puede beneficiar al sistema inmunitario porque aumenta el flujo sanguíneo y linfático para ayudar a que las células inmunitarias circulen, y a medida que se mueven, es más probable que detecten algo extraño.
“Se necesita mucha más investigación para responder el por qué y el cómo. Hay tantos cambios que ocurren cuando hacemos ejercicio: metabólicos, bioquímicos, neuroendocrinos, circulatorios. Entonces, probablemente haya una combinación de factores que contribuyan a la respuesta de anticuerpos que encontramos en nuestro estudio”, sentenció.