Uno de los estrenos de los que más se ha hablado en estas últimas semanas de 2021, además por supuesto de Spider-Man: No Way Home, fue Don’t Look Up de Netflix, una película que podríamos llamar “pre-apocalíptica”: en la que un asteroide enorme se dirige a la Tierra para destruirla y aunque los científicos advierten del peligro, nadie parece escuchar.
La ciencia es parte de nuestras vidas, pero no la vemos
“En toda película de desastres hay un científico al que nadie escucha, haciendo una advertencia al principio”, es una frase, un poco de broma, que se repitió mucho al inicio de la pandemia. Pero que con el paso del tiempo se volvió menos graciosa y con un peso más real.
Es cierto que no podíamos saber el momento exacto -día, mes año- en que ocurriría, pero las advertencias y evidencias de que nos enfrentaríamos a una pandemia pronto estaban aquí. Pero las ignoramos.
Aún así podríamos preguntarnos si las cosas hubieran sido diferentes si un grupo de científicos nos hubieran dicho que a finales de 2019 iniciaría una pandemia muy larga.
Como el hubiera no existe es difícil imaginar esa situación, pero para eso siempre podemos recurrir a la ficción: si vemos Don’t Look Up reemplazamos “asteroide” por “pandemia” o “coronavirus”, tendremos una respuesta. Al menos aproximada.
La divulgación de la ciencia importa
Cuando el Dr. Randall Mindy, interpretado por Leonardo Di Caprio, logra por fin una audiencia con la presidenta de EE. UU. y quiere explicarle la amenaza inminente del cometa que se dirige a la Tierra, falla terriblemente pues usa términos científicos y da muchos detalles matemáticos sobre la trayectoria.
En la vida real los científicos tenemos que comunicar todo tipo de información a los ciudadanos, aunque muchas veces la divulgación de la ciencia se piensa para explicar conceptos científicos como las leyes de Newton o descubrimientos históricos como la estructura del ADN.
La realidad es que la comunicación de la ciencia debe ser eficaz para comunicar todo tipo de información: incluso la relacionada con eventos desagradables como un asteroide destructor o una pandemia.
Que hagamos mucha ciencia no quiere decir que no sea posible vivir en una época anticiencia
“Vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología y en la que nadie sabe nada de estos temas. Esto constituye una receta segura para el desastre”, esta frase sigue siendo tan actual ahora, como hace décadas que la dijo el astrónomo y divulgador estadounidense Carl Sagan.
Una época en que la ciencia ha permitido cosas como curar enfermedades con terapias genéticas, llevar robots a otros planetas o comunicarnos instantáneamente a cualquier parte del mundo, difícilmente parecería un momento anticiencia, porque nuestro siglo XXI parece muy lejano de la Edad Media o cualquier tiempo oscuro anterior, ¿o no?
En Don’t Look Up podemos ver una sátira de una sociedad que no tiene frente a sus narices un problema enorme que la ciencia descubrió y también puede resolver, pero nadie quiere ver: ni las autoridades que podrían actuar, ni los ciudadanos comunes.
Después de ver esta película uno casi podría pensar que la pandemia es como ese asteroide, pero uno que nunca termina de caer, y al que muchos siguen sin ver.