La idea de muertos que se levantan de sus tumbas, estos “muertos vivientes” o zombis, es algo que ha fascinado la imaginación de las personas desde hace mucho tiempo. Mucho más del que podríamos pensar.
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Series como The Walking Dead, películas como Resident Evil o Zombieland, hacen parecer que la idea de los muertos que caminan es algo muy reciente. Sin embargo su origen va más atrás que las últimas décadas.
Su origen está en ciertas historias o leyendas de Haití, sobre cómo ciertos hechiceros vudú tenían la capacidad de revivir y controlar a los muertos para que fueran sus esclavos e hicieran todo tipo de cosas por ellos.
Justamente la palabra zombi, que muchas veces sobre todo en inglés se escribe como zombie, viene del criollo haitiano, que a su vez estaría derivado de una lengua africana de la región del Congo, y que querría decir “alma” o “el retornado”: es decir el que regresa de la muerte.
Una historia de zombis
La primera mención a los zombis la hizo el escritor francés Paul-Alexis Blessebois, que en 1697 escribió la novela: “Le Zombi du Grand Pérou”, o “El zombi del Gran Perú”, aunque en la historia Blessebois no define muy bien el concepto y más bien se refiere a los zombis como apariciones incorpóreas.}
Luego el escritor y viajero de origen francés Moreau de Saint-Méry en 1797 se refirió al término “zombi”, relacionado con ciertas supersticiones de los esclavos africanos que vivían en Haití, a finales del siglo XVIII.
Esos zombis ya no solamente eran apariciones fantasmales sino que se trataba de muertos que volvían de la tumba por la intervención de algún brujo.
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Durante mucho tiempo se ha especulado sobre la posibilidad real de que los hechiceros vudú usaran ciertas sustancias para inducir un letargo en las personas que podría hacer parecer que habían muerto y luego podrían “revivirlas”.
Aunque podrían existir sustancias que tuvieran un efecto de aletargamiento en las personas, la parte de “controlarlas”, es mucho más complicada, sobre todo pensando que sus capacidades motoras y de atención estarían muy disminuidas.
Así que el proceso químico de “zombificación” sigue siendo más una leyenda que una posibilidad real.
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Zombis en la naturaleza
Pero esta idea de un amo que controla a un cuerpo inerte para que haga trabajos por él, en realidad no está tan alejada de la realidad. Al menos en la naturaleza los zombis sí existen y son seres que de alguna manera pierden su voluntad y son controlados por otros.
Cuando el hongo Ophiocordyceps las infecta y hace que el comportamiento de las hormigas cambie por completo, y termine además beneficiando al hongo.
Esto pasa pues las esporas del hongo invaden por completo el cuerpo de las hormigas, lo que termina provocando una desconexión entre las fibras musculares y su sistema nervioso.
Así los movimientos de las hormigas dejan de estar bajo su control y están entonces en control de “su amo”, el hongo.
Como estas hormigas viven sobre árboles, las zombis, dejan de seguir los caminos que marcan las demás y terminan cayendo de los árboles, en el piso de la selva, sin su colonia, ni alimento mueren y entonces las esporas que vivían dentro de ellas se liberan y crecen más hongos. El plan perfecto se cumple.
Aunque esto sigue teniendo poco que ver con la idea de “muertos vivientes” o personas fallecidas que regresan de la tumba, no deja de ser más aterradora que cualquiera de esas historias ficticias.