Un estudio de la Universidad de Essex, en Reino Unido, encontró que solo dos minutos de ‘doomscrolling’, en las redes sociales pueden hacer que las personas bajen su estado de ánimo.
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El ‘doomscrolling’ es la práctica de leer noticias negativas por mucho tiempo, algo que puede ser común en tiempos actuales por la pandemia del coronavirus COVID-19. Es decir, que ver videos en YouTube sobre la crisis sanitaria mundial o buscar las estadísticas de los contagios en Twitter puede hacer que los usuarios pasen de un estado de ánimo positivo a sentirse tristes.
La investigación de los psicólogos de Essex coincide con varios estudios científicos realizados durante la pandemia, que determinaron que los niveles de ansiedad y depresión aumentaron durante el confinamiento, principalmente por las reiterativas informaciones sobre el coronavirus y sus variantes, explica en su reporte el Daily Mail.
El equipo de investigadores de la universidad se propuso descubrir qué tan rápido se sintió el impacto negativo después de la exposición al contenido de noticias sobre la pandemia, determinando que solo bastan dos minutos de ‘doomscrolling’ para que los ánimos se vengan abajo.
¿Cómo midieron la velocidad del efecto del ‘doomscrolling’?
En dos estudios diferentes, los psicólogos asignaron aleatoriamente a las personas para que pasaran unos minutos consumiendo información relacionada con el COVID-19, ya sea leyendo un feed de Twitter en tiempo real o viendo un video de YouTube de alguien comentando sobre malas noticias sobre el mortal virus.
En ambos estudios, los participantes informaron un menor bienestar en comparación con un grupo de control, que no había estado expuesto a ninguna noticia sobre la pandemia, y confirmaron que tan solo dos minutos de malas noticias sobre la pandemia eran suficientes para tener un efecto poderoso en las emociones de las personas.
En cambio, las historias positivas sobre actos de bondad al azar respecto al COVID-19, personas que se recuperaron de la enfermedad, entre otros temas, no tuvieron el mismo efecto negativo, lo que sugiere que no es simplemente el tiempo que se pasa en las redes sociales lo que es problemático, sino que el consumo de malas noticias es lo que genera preocupación.
La doctora Kathryn Buchanan, autora principal del estudio y quien encabezó al equipo de especialistas, habló sobre la investigación, que tenía el objetivo de probar qué tan rápido se sintió el impacto negativo de las noticias sobre los usuarios de las redes sociales.
“Si tan solo unos pocos minutos de exposición a malas noticias relacionadas con COVID-19 pueden resultar en reducciones inmediatas del bienestar, entonces la exposición prolongada y repetida puede sumar con el tiempo consecuencias significativas para la salud mental”, explica la doctora.
Buchanan añadió: “Nuestros hallazgos sugieren la importancia de ser consciente del propio consumo de noticias, especialmente en las redes sociales. En algunos países, el consumo de noticias a través de las redes está aumentando, aunque la gente reconoce que las noticias en estas plataformas tienen menor calidad, precisión, confiabilidad e imparcialidad”.
“La gente busca las redes sociales por muchas razones, además del consumo de noticias, y es posible que no se dé cuenta de que la exposición mínima a las malas noticias en estas plataformas puede tener consecuencias tan negativas. Una estrategia que las personas podrían emplear sería intentar deshacer lo negativo equilibrándolo con información positiva”, concluyó la autora.