Marte, tenemos un problema. Un reciente estudio encuentra evidencia de una eventualidad que podría repercutir en el sueño de un viaje tripulado hacia el planeta rojo. Las misiones espaciales de periodos alargados causarían lesiones cerebrales que en ocasiones llegarían a ser irreversibles.
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Daily Mail cita una parte del estudio que asegura tener una “prueba concreta” de que las lesiones cerebrales son una consecuencia a las misiones espaciales extensas. Para llegar a este punto, tomaron sangre de cinco cosmonautas que estuvieron máximo unos 169 días en la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés).
La prueba la tomaron científicos de la Universidad de Gotemburgo, ubicada en Suecia. Estos investigadores analizaron las muestras de cinco astronautas rusos que vivieron durante el periodo mencionado en la órbita de nuestro planeta.
Entonces, los resultados de los análisis arrojaron al menos unos cinco biomarcadores comunes cuando hay daño cerebral.
“Esta es la primera vez que se documenta una prueba concreta de daño en las células cerebrales en análisis de sangre después de vuelos espaciales. Esto debe explorarse más y evitarse si los viajes espaciales se van a volver más comunes en el futuro”, dijo Henrik Zetterberg, profesor de neurociencia y uno de los couautores de la investigación.
Pruebas, análisis, misiones
Las pruebas concretas se hicieron en periodos de diferentes misiones entre los años 2016 y 2020. Los análisis de las muestras se tomaron 20 días antes de que los astronautas partieran hacia las afueras de nuestro planeta. Y posterior a su regreso se tomaron tres veces más: un día después, una semana y de 21 a 25 días después de su llegada a tierra firme.
Entre los cinco biomarcadores que los analistas y neurólogos encontraron estuvieron los neurofilamento ligero (NFL), la proteína ácida fibrilar glial (GFAP), el tau total (T-tau) y dos proteínas beta amiloides.
“Para tres de los biomarcadores, NFL, GFAP y la proteína beta amiloide Aβ40, las concentraciones se elevaron significativamente después de la estadía en el espacio”, explicó Daily Mail.
Algunos de estos biomarcadores registraron sus niveles más altos durante el primer día después de aterrizaje y con el paso del tiempo fueron desapareciendo. Sin embargo, hubo otras que aparecieron en el día 25 de la toma de muestras.
El primer llamado de alerta es que los científicos sugieren que hubo un cambio de líquido en el cerebro, mientras los hombres estuvieron orbitando la Tierra. Este comportamiento pudo haber impactado en algo lo que los expertos llaman barrera hematoencefálica.
“Sabemos que el fluido se desplaza hacia la cabeza en el espacio. Podría ser una renovación de líquidos más lenta, podría ser una presión sobre el nervio óptico o que el cerebro está tirando del nervio óptico porque está flotando más alto en el cráneo”, dijo Rachel Seidler, profesora de la Facultad de Salud y Rendimiento Humano de la Universidad de Florida en un comunicado.
Pero lo primordial es que deben evaluar con más profundidad los efectos de los viajes espaciales prolongados, ya que por los conceptos abordados en este estudio, las consecuencias podrían llegar a ser irreversibles.